Archivo - El presidente del PP catalán, Alejandro Fernández | David Zorrakino - Europa Press - Archivo

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El presidente del PP catalán, Alejandro Fernández, ha advertido este sábado una estrategia para «convertir al PP en una especie de partido oficial de la oposición» tras los pactos del PSOE para la investidura del presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez.

Lo ha dicho en su intervención en la Escuela de otoño del PP celebrada en Mataró (Barcelona) junto a la vicesecretaria de Políticas Sociales y Reto Demográfico del PP, Carmen Fúnez; el secretario general del PP en Catalunya y diputado en el Congreso, Santi Rodríguez, y los alcaldes de Badalona y Castelldefels (Barcelona), Xavier García Albiol y Manu Reyes.

«Hay que evitar una trampa sibilina que pretenden o que están preparando nuestros adversarios. El siguiente paso del proceso español, ya no es proceso catalán, es proceso de toda España, va a ser impedir la alternancia política en España mientras dure dicho proceso», ha avisado.

Ante esta situación, ha llamado a la movilización cívica y pacífica «pero constante y sostenida en el tiempo para mostrar, no solamente a la ciudadanía española, sino al resto de Europa, la indignación que ahora mismo vive la inmensa mayoría de los españoles» tras el pacto PSOE-Junts.

También ha apostado por «responder a través de la justicia con todos los recursos legales» y por articular una respuesta político-institucional coordinada entre los gobiernos autonómicos y municipales del PP, y ha llamado a preservar la Constitución.

Lo hace porque considera que el pacto PSOE-Junts está sometido a «coyunturas políticas que nada tienen que ver con el interés general», y ha añadido que quiebra el Estado del bienestar, comporta inseguridad jurídica y judicial y genera desprestigio internacional.

El pacto es "una humillación sin precedentes"

Además ha considerado que provoca una auténtica crisis moral, así como una «humillación sin precedentes a los servidores públicos que dieron la cara» en 2017, que según ha enumerado son el Poder Judicial, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, las formaciones políticas y los constitucionalistas.

«La amnistía no es el final del proceso, es el inicio de uno nuevo. ¿Hacia dónde nos conduce? Es cierto que allí sus impulsores discrepan: La extrema izquierda nos quiere conducir hacia una república confederal; la izquierda, algo menos extrema, hacia una España confederal asimétrica y los separatistas evidentemente a la independencia», ha reprochado.