TW
1

No ha sido su temporada ideal, pero Sergi Darder puede pasar al álbum del curso como el autor del penalti que clasificó al Mallorca para disputar una final de la Copa del Rey 21 años después y como el que acercó la permanencia con un gol -el balón lo desvió Rubén Peña- que deja al grupo balear un punto más cerca de la línea de meta. De hecho, la salvación será matemática si el Cádiz pierde hoy en el Pizjuán y virtual si no gana...

El Mallorca mostró de nuevo las dos caras de la moneda. En el primer acto, con un solo punta, fue un equipo encogido y timorato. Con un centro del campo perdido y un punta (Larin) que no ganaba ni un balón. En el descanso, Aguirre dejó en la caseta a Mascarell para fijar arriba a Abdón y el guión del partido cambió por completo. En la sala de máquinas se establecieron diálogos con sentido, Darder comenzó a repartir las cartas, los laterales Nacho Vidal y Toni Lato aparecían en terreno enemigo y Osasuna apenas asomaba la cabeza.

Darder, que en el primer acto había desperdiciado una buena ocasión, engatilló el balón desde fuera del área, desvió Rubén Peña, y besó las redes. En un año oscuro, ese tanto supone un atisbo de luz para un futbolista que no ha respondido a las expectativas. Su estilo no encaja en la pizarra de Aguirre, aunque el técnico mexicano ha intentado amoldarlo a su juego. No siempre lo ha conseguido. El gol de ayer vale su peso en oro.