El entrenador del Mallorca, Javier Aguirre, da instrucciones a sus jugadores durante el encuentro ante Osasuna en El Sadar, en Pamplona. | Jesús Diges

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La jornada 36, que para el Real Mallorca había empezado con un empate ante Osasuna en El Sadar (1-1) que parecía positivo, se ha terminado torciendo y le ha negado al equipo de Javier Aguirre la posibilidad de asegurar matemáticamente la permanencia en Primera División. Los triunfos de Rayo Vallecano, Celta y, sobre todo, Cádiz, dejan a los baleares a cuatro puntos del descenso cuando todavía quedan seis por jugarse. O lo que es lo mismo, el partido del domingo contra el ya descendido Almería (fijado en principio para las 19.00 horas en Son Moix) cobra una importancia especial.

Situado otra vez en la posición que cae justo por encima de los puestos del descenso (17), el Mallorca sigue teniendo una ventaja importante aunque no puede despistarse. El Cádiz tiene 32 puntos, los bermellones 36 y por encima están el Celta y Las Palmas y Rayo Vallecano con 38. Entre los posibles escenarios que podrían darse aparecen los múltiples empates. Existe, incluso, la posibilidad de que los cinco equipos que están metidos en la pelea acaben el campeonato igualados a 38 puntos. En ese sentido, el Mallorca se beneficiaría de sus buenos resultados en los enfrentamientos directos. Ha ganado a todos una vez, a excepción del Cádiz, y no ha perdido contra ninguno.

Pase lo que pase en la penúltima jornada el Mallorca llegará al último partido en el campo del Getafe fuera de la zona roja de la clasificación y dependiendo siempre de sí mismo, aunque si no gana al Almería y el Cádiz se impone en su estadio a Las Palmas correría el riesgo de irse a Segunda en los últimos noventa minutos del campeonato.

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Así las cosas, ¿qué necesita el Mallorca para salvarse y concretar de una vez esa permanencia que lleva semanas acariciando? El camino más rápido hacia la tranquilidad es sumar una victoria, ya que eso le pondría a salvo del todo. Ganando al Almería o derrotando al Getafe una semana después ya habrá cruzado la meta. Porque aunque el Cádiz gane los dos encuentros que le restan, en casa contra Las Palmas y fuera ante el Almería, nunca llegaría a darle caza.

Otra manera de blindar la continuidad en Primera para el Mallorca es igualar el domingo el mismo resultado que el Cádiz. O que el conjunto amarillo no gane alguno de esos dos partidos que le faltan por jugar. A los de Aguirre también les alcanzaría con sumar dos empates, porque aunque el conjunto amarillo gane sus dos duelos se daría un empate a puntos que se resolvería a través de la diferencia de goles, donde el Mallorca está muy por encima.

Sea como sea, el Mallorca no puede bajar la guardia de ninguna forma. El domingo, en el partido que casi con toda seguridad será el último que dirija Javier Aguirre en Son Moix, el equipo tiene que ahuyentar a los fantasmas derrotando al Almería para garantizar su futuro en Primera División y ahorrarse los nervios de una última jornada que sería explosiva.