Josep Bauzà, esta tarde en el local de Zaqueo, disfrutando de la celebración. | Pilar Pellicer

TW
1

Josep Bauzà (Palma, 1935) ha sido uno de los primeros presidentes de Zaqueo, aunque su vocación por la solidaridad y el voluntariado viene de siempre. Estudió Periodismo en Barcelona y ha estado durante muchos años vinculado con el seminario Sóller y con Ultima Hora. Comenta en esta entrevista que, «sin quererlo», se vio involucrado en el proyecto social que fundaron Paco Sans y Jaume Santandreu. Esta tarde acudió, muy ilusionado, a la celebración de los 25 años de Zaqueo, aunque lamentó que ya pocos quedan de su generación.

¿Qué representaba Zaqueo en sus primeros años de servicio a los más desfavorecidos?
—En aquella época, era un espacio de acogida de personas drogodependientes que transitaban por la zona de sa Gerreria. A todos los acogíamos para que tuvieran un lugar donde dormir y comida caliente. Era un momento difícil, pues en cada esquina había una persona adicta.

¿Cómo vivía usted esa situación?
—Nosotros, como voluntarios y trabajadores, teníamos que tener respeto por esas personas, tenerlas en cuenta en todo momentos y tener fe. Acogíamos al colectivo que el Ajuntament no quería, no servía para esto.


¿Qué ha sido lo más duro que ha visto en su etapa como voluntario y presidente?
—Hemos visto peleas, situaciones complicadas pero recuerdo una usuaria muy cariñosa que siempre nos daba abrazos. Me la encontré muerta en la zona de s’Hort des Rei. Para estar en Zaqueo tenías que tener una mente abierta.

¿Cómo ve ahora el comedor?
—Creo que ha cambiado mucho, que hoy es otra cosa. No se puede comparar con lo que viví yo, ya que antes era un espacio de acogida, donde las personas se quedaban a dormir. Pero Zaqueo hace la función que toca.