Saturación de accesos en una de las playas más visitadas de Mallorca | T. AYUGA

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Se acerca la época del año en la que medio mundo sueña con pisar las Islas Baleares mientras que los residentes sólo piensan en escapar de ellas; o al menos, en la utopía de quedarse solos en temporada alta. Los números conducen a un verano de récord, incluso con previsiones que podrían superar los 19 millones de turistas. Ante estas cifras, el Govern balear presenta un plan piloto que medirá la saturación turística mediante la colocación de sensores en algunas zonas; sobre todo, parajes naturales afectados por la gran densidad visitante. ¿Cambiará esta medida la imagen sobrepoblada de los veranos baleares? Ultima Hora lanza la pregunta a sus lectores y las respuestas no se han hecho esperar. El 70% de los participantes no confía en la medida y cree que supondrá un gasto innecesario.

Los sensores medirán el nivel de concentración turística y lo harán en base a dispositivos como los teléfonos móviles; fórmula que ha despertado curiosidad en los lectores, cuya mayoría piensa que no hace falta medir una saturación que es, según las opiniones recogidas, obvia. «No hace falta medir algo que es visible», razona uno; «no es necesario medir nada, es mejor actuar cuánto antes», defiende otro. Cerca de un 30% de lectores sí defiende la utilidad del plan piloto que desarrollará la Conselleria de Vicepresidencia y propone que los sensores se instalen en aerolíneas y aeropuertos, aunque también animan a la administración a marcar un aforo máximo o a medir también la ocupación real en los hoteles; «me parece perfecto, así podremos ir a la playa sin parecer nosotros los turistas», responde otro usuario.

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El 70% de los lectores no confía en los sensores y cree que serán inútiles

El ejecutivo admite que la congestión ya existe pero quiere «comprobarlo con datos y no con sensaciones». Además, según los resultados, pretende llevar las medidas a otras zonas o tener la seguridad de aplicar medidas limitativas como las ya vigentes en espacios como Formentor. Los usuarios consideran que, por buena que sea la medida, sin vigilancia, no logrará el efecto deseado. «No estaría mal si fuera acompañado de otra solución pero como no va a haber vigilancia, no lo veo», afirma uno de los participantes en nuestra encuesta.

Algunas de las opiniones recibidas indican también dos bandos polarizados; aquellos que viven en la desesperanza de un verano en el que se repita la estampa de cada año y los que sienten el turismo como la principal fuente de supervivencia balear: «Mallorca siempre ha vivido del turismo, si lo quitan habrá hambruna», reza uno. «Los intereses turísticos no permitirán que se haga nada diferente, utilizarán la información para justificar la masificación», dice otro desde la opinión contraria. La mayoría de lectores cree que este verano será exactamente igual que el anterior y que el plan piloto propuesto no cumplirá con las expectativas de los que claman menos estudios y más acciones. Asimismo, añaden que podría llevarse a cabo el mismo sistema de medición con otros problemas importantes de las islas como los precios de los alquileres o la cantidad de vehículos en circulación por las vías principales y accesos a Palma.