Fábrica de vidrio Gordiola, en Algaida.

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Marisa Aldeguer Palou (Palma 1954), es la segunda de los cinco hijos que tuvieron Daniel Aldeguer Gordiola y su esposa Margarita Palou, octava generación de la empresa familiar de vidrios soplados Gordiola. Una empresa que este lunes protagonizó la sesión ‘Las artes y los oficios’, organizada por la Fundación Juan March.

Un evento muy concurrido en el que Marisa Aldeguer asistió como representante de la familia y explicó a los asistentes su historia, curiosidades y anécdotas. «Recuerdo que tanto mis hermanos Daniel, Inmaculada, María Antonia, Mar y yo nacimos en la fábrica en la Portella, en Palma, y nos criamos viendo como se trabajaba el vidrio soplado. Era un pequeño horno de estilo romano, de planta circular y cúpula abovedada para trabajar el vidrio con combustión de leña y carbón ubicado en el centro de Ciutat. El día que nació Daniel, el mayor de los hermanos, hubo un gran incendio en la fábrica y mi madre estaba en cama, viendo correr a la gente y con humo por todo. En aquellos tiempos los incendios eran algo constante en las fábricas de vidrio debido a la gran cantidad de leña que se utilizaba. Actualmente, para fundir el cristal utilizamos óxidos combustibles», comenta Marisa, que rápidamente acapara la atención de los asistentes. La mayoría del público es conocedor del arte y belleza de estos artículos en cristal. «Para crear las piezas mantenemos la misma fórmula de hace 305 años, pero con pequeños cambios. Tenemos un químico que se adapta a la base de nuestra formulación», señala.

Vidrio soplado: Una historia con más de 300 años
La fábrica de Can Gordiola en Dalt Murada estuvo en funcionamiento durante cuarenta años.

Gordiola tiene un catálogo de más de 700 piezas, estando entre las más vendidas las de mesa como platos, vasos o copas. Reconocidas como piezas de alta artesanía de calidad, las creaciones de Gordiola han sido objeto de regalos de reyes y para reyes, «la reina Sofía es una mujer que siempre ha querido venir, perderse, pasear, tocar y disfrutar de la artesanía en nuestra fábrica. Es una gran defensora del arte. Otra mujer a la que siempre le encantaba venir con algunos de sus ilustres invitados era Cristina Macaya». Entre sus clientes, rostros conocidos como Michelle Obama, Pedro Almodovar, Claudia Schiffer, los Douglas, etc, pero también muchos turistas y mallorquines que quieren llevarse o regalar un recuerdo de la Isla. «Aunque se consideran piezas algo elitistas, están al alcance de muchos. El residente en la Isla tiene muy presente las piezas de Gordiola, es como la ensaimada para cuando se quiere regalar y quedar bien».