Cort, en una decisión que honra a los munícipes del PP, está dando una prueba de sensibilidad al proteger el emblemático kiosko Alaska, convertido desde hace décadas en un elemento esencial e imprescindible de la céntrica Plaça del Mercat. De la misma manera, moverá unos metros el enorme monumento dedicado a Antoni Maura para preservar el inmenso ficus ubicado a su lado. De esta manera, toda la remodelación de la plaza quedará condicionada por el mantenimiento de un puesto de venta de perritos calientes y hamburguesas y por un árbol. Es lo nunca visto en Palma, donde en muchas ocasiones anteriores Cort cortó por lo sano, derribando edificios emblemáticos, baluartes, murallas y todo lo que se terciase en nombre de una falsa e interesada concepción de lo que debería ser el progreso.
La supervivencia del Alaska
Palma29/01/24 0:30
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2 comentarios
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La nueva Palma con un kiosko setentón y un cubo de oficinas como faros de la cultura. Y encima con la pretensión de llenar el cubo de oficinas con más nueva cultura. Me siento abrumado por las musas invadiendo la ciudad.
Porque este chiringuito puede funcionar sin los pertinentes papeles y el resto no? Está es la igualdad que dice reclamar el PP?