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No hay duda; el pop de las Islas se ventila con lemas: ‘Plataforma menys turisme’, ‘Més vida’ o ‘Mallorca no es ven’, mientras que el punk se escribe en los muros: ‘Turismo mata Mallorca’ y ‘Turismo mata barrios’. El antecedente fue ‘Tourism go home’, en la misma línea de aquel ‘yankees go home’, el escupitajo a los marines de la US Navy cuando se paseaban por los bajos fondos de la ciudad.

A la melodía del descontento se ha sumado Marga Prohens que se ha comprado gafas de ver y se ha puesto el sonotone: «Estamos al límite». Hasta el obispado anda con la mosca tras la oreja al ver cómo los ciclistas, otra especie invasora que alcanza la isla, provocan incómodos atascos a todo aquel peregrino que quiere acercarse al santuario. En nombre del turismo, todo es susceptible de ponerse a la venta y así se ha hecho. Hasta esta semana, que sorprendentemente se anuncian medidas «para no crecer en volumen, sino en calidad».

Sonrojados por el éxito alcanzado de la manifestación a favor del catalán y contra las medidas que atacan la lengua, en el Consolat de Mar se ven venir un carnaval canario si como está previsto el Fuenteovejuna balear se pone las pilas. Está prevista una asamblea la próxima semana para lanzar propuestas ante un modelo que en Mallorca cuenta hoy con 412.000 mil plazas turísticas, entre hoteles y alquiler vacacional. El Ejecutivo lanzó este viernes un decreto que para las 430.000 plazas previstas pero mantiene las actuales. Unas rebajas muy lucrativas para los de siempre. Incluso da su sí al millar de peticiones que están en trámite.

«Nos queremos sentir visitados, no invadidos». No han entendido nada. Como no lo entendieron los del Pacto que aumentó en 86.000 plazas en la Isla durante su gobierno. Sí que se limitó el número de cruceros pero fue un guiño a la ciudadanía levantisca y a las multinacionales extranjeras que se lucran con un turismo altamente lesivo para el medio ambiente. Cada día que recalan en el puerto y bajan por miles a la ciudad, siento que me hundo un par de centímetros. Me cuentan los del fondo del mar que están llorando de tristeza. Les falta oxígeno.

Los del Banc del Temps de Sencelles se han adelantado y ya han convocado para el 25 de mayo la manifestación al grito de ‘Mallorca no es ven’. A las puertas de la asamblea Prou Turisme Massiu del 17 de mayo en el IES Sineu, vamos a seguir soportando este paraíso infernal que se traduce en vete de tu barrio que el piso lo van a convertir en alojamiento vacacional a 2.000 euros la semana. O revienta tu paciencia y llega tarde al curro porque hay atasco en la carretera. Tómate una pizza del súper porque hacerlo en una terraza te supone un descalabro. Y es mucho peor: camarera de pisos, médica, enfermeros no vienen porque para vivir aquí no es suficiente con trabajar a destajo. No señores, no se trata de estos límites remiendos. Se trata de cambiar el sistema.