Antoñito, delantero del Atlètic, trata de controlar el balón ante la presión de Kike. | J. Lladó

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Manacor 0 - 2 Atlètic Balears

Manacor: Gaspar, Kike (Biel, min. 46), Julio, Petete, David, Barbón, Mut, Rafa (Nico, min. 63), Pujadas (Llull, min. 46) Campin y Abel.

Atlètic Balears: Nico, Bio, Mantovani, Quesada, Brayan, Mathias (Dorado, min. 81), César, David Sánchez, Thiago (Peter, min. 67), Jesus Perera, Antoñito (Lucas, min. 76)

Goles: 0-1, min. 2: Thiago. 0-2, min. 18: Mathias.

Àrbitro: Israel Simón del colegio catalán. Amonestó por parte local a Julio, Barbón, Rafa y Abel: y por parte visitante a Bio, Brayan y Thiago.

Sin la necesidad de exprimir a sus estrellas y escudado en todo momento en la calidad de su segunda línea, el Atlètic ha conseguido inaugurar a lo grande el proyecto más ambicioso que ha moldeado en los últimos tiempos. Recostado sobre un nacimiento de partido avasallador, el conjunto de Gustavo Siviero aprobó el examen que le planteaba el prólogo de la competición en Na Capellera y empieza a levantar el vuelo a costa de un Manacor agresivo y trabajador que fue cogiendo color con el paso de los minutos. A los palmesanos les alcanzó con una puesta en escena explosiva para despachar el primer derbi balear del torneo y alzarse unos metros del suelo. Dos chispazos, dos goles. Y a otra cosa (2-0).

En menos de un minuto y medio, el Atlètic ya había reventado el guión del partido. En cientos de pedazos. Lejos de amontonar hombres sobre el marco de Gaspar, el Manacor trató de presentarse con una propuesta amable que había perdido el gas a los ochenta y ocho segundos. Entre otras cosas, porque un pequeño error en el ajuste inicial de sus líneas y la salida en manada del conjunto de la Vía de Cintura le arrancaron con violencia la primera capa de hielo al encuentro. Jesús Perera, junto a la puerta del área, decidía asociarse con Thiago y el brasileño, con toda la portería para él, fusilaba al guardameta local para provocar el primer estallido en el centro de operaciones rojiblanco, ayer más blanquiazul que nunca.

Monólogo

El gol le sentó como un tiro a la formación dirigida por Jaume Mut y Xavi Ferriol, que expuso en esa fase del combate sus principales carencias. Al Atlètic, en cambio, se le acababa de abrir el cielo. Se encontraba de repente con un panorama idílico y decidía aprovechar ese impulso para desplegar toda su artillería en el área de enfrente y zanjar la representación. Casi lo hace David Sánchez a los cinco minutos con un parábola de su sello, aunque el balón se escapó unos centímetros por encima del arco aplazando el prematuro desenlace, que tampoco se demoraría mucho más. Thiago se dejó caer hacia el flanco izquierdo, abrió el catálogo de las maravillas y fabricó una jugada que redondeó Mathias con un suave toque frente a la línea de gol. Faltaba más de un hora de espectáculo, pero el encuentro ya estaba liquidado (minuto 18).

El Manacor, con más orgullo que fútbol, hizo lo posible por levantarse, pero todas sus tentativas morían frente la muralla balearica. Lo probó sobre todo escorándose a la derecha, buscando la chispa de Campins, y a través de algún destello a balón parado. Eso sí, siempre con muy poco éxito. Mientras tanto, Jesús Perera (minuto 31) y Mathías (minuto 36) se negaban a agrandar la cuenta en la acera contraria con sendos balazos al aire.

Con la llegada del segundo acto, el partido dio un vuelco después de que el Atlètic activara el piloto automático. El Manacor se oxigenó con la entrada de Llull y, sobre todo, con la de Biel. Logró arrinconar al conjunto de Ciutat y aunque ni siquiera consiguió recortar las distancias emitió buenas sensaciones y se armó de moral de cara a un trayecto repleto de curvas.