Fullana se redime y prepara su regreso

«Hoy -por ayer- es un día especial para mí, un día en el que empieza una nueva etapa de mi vida. Hace dos años cometí un error que me ha enseñado que las decisiones que tomamos en un momento concreto desde la desesperanza y el desasosiego no son nunca buenas opciones», reza el comunicado hecho público en su página web.

Excepción

La mallorquina, que cuenta en su palmarés con cinco títulos mundiales (tres individuales y dos por equipos), un oro europeo y un bronce olímpico, pone de relieve que aquella fue la única vez que recurrió a sustancias prohibidas y argumenta que «una deportista como yo está sometida a constantes controles, casi inhumanos (tengo carpetas llenas de ellos y todos negativos)… antes y después de las competiciones, en casa y por la calle, en aeropuertos, en aseos públicos, en bares, restaurantes, etc… y eso durante más de 20 años. A lo largo de mi vida todo lo conseguido se debe a una dedicación plena y absoluta, a muchísimas horas de entrenamiento y sufrimiento. De ilusos era pensar que aquel acto iba a quedar impune, y eso es lo que fui, una ilusa». Además, también añade que «aún más constancia queda de mi delirio cuando pienso que mi flagrante desacierto solo sirvió para un puesto 27 en un mundial y para una sanción de dos años, castigo que he cumplido con creces». Fue un error, pero no todo era una mentira.

Cronología

La corredora de Sant Llorenç des Cardassar fue sometida a una prueba antidopaje fuera de competición cuando estaba camino del Mundial de Mont Saint Anne (Canadá) el 30 de agosto. El laboratorio de referencia de Montreal trasladó a la UCI el resultado adverso en forma de positivo de la misma al hallar Eritropoyetina (EPO) en la orina de la once veces campeona de España. Una información en los medios precipitó los acontecimientos y Marga Fullana admitió el «error más grande» el 1 de octubre, 24 horas antes de que la UCI ratificara el resultado del control.

Ahora ya vuelve a estar en disposición de contar con una licencia federativa, aunque Marga Fullana nunca ha dejado de lado su pasión: el deporte en general y la bicicleta en particular. Pruebas atléticas de carácter popular o desafíos físicos tanto a pie como sobre dos ruedas han mantenido a tono su preparación.

A sus 40 años se presume como un gran desafío volver por donde solía, pero tiene el depósito cargado de moral y confianza. Sobre todo, la mejor ciclista española de todos los tiempos tiene madurez y hambre: «Este tiempo me ha permitido recuperar la esperanza y la ilusión, la fe en mi misma, la paciencia, tranquilidad y serenidad siempre necesarias para la consecución de un objetivo: la victoria», valora en su comunicado.

En función de sus sensaciones en competición valorará la posibilidad de volver a la élite. La bicicleta de montaña podría volver a contar con una de sus referentes mundiales. Fullana está otra vez aquí y, como siempre, apunta alto.