Vázquez, en un entrenamiento celebrado en el estadio de Son Moix. | Joan Torres

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Tras las dos primeras jornadas en las que Fernando Vázquez tomó el mando y el equipo ganó ante Alcorcón y Ponferrada, tres partidos más tarde, el Mallorca ha vuelto a las andadas, retornan los malos vicios y se deja ganar terreno, partidos y puntos.

Dos derrotas y un empate han hecho que los fantasmas regresen con fuerza. Lo peor no es perder, es cómo se pierde y el propio entrenador el pasado domingo en rueda de prensa ya manifestó que esta semana tiene dos opciones: «o corregir o cambiar».

La corrección parece difícil porque el equipo le cuesta entrar en los partidos y sufre, como dijo el entrenador, «el cambio de método defensivo». Ahí es donde incidió en que si esto no puede mejorar y el equipo no asimila esta función, entonces no quedará más remedio que cambiar.

El Mallorca deberá hacer un ejercicio de aprendizaje rápido porque de aquí a final de temporada y debido a la intermitencia en los marcadores, cada partido tendrá tintes de verdadera final. O se gana ya o la situación será irreversible.