Karim Benzema, Gareth Bale y Luka Modric durante el entrenamiento de este martes. | PAUL CHILDS

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El Real Madrid encara uno de los grandes desafíos de su temporada, el reencuentro con un rival al que nunca derrotó en la Liga de Campeones, el vigente campeón de Europa, un Chelsea con inestabilidad institucional tras la espantada del ruso Abramovich, que mide las opciones de presente del club con más títulos en la competición que anhela volver a reinar. El regreso a Stamford Bridge, donde el curso pasado sintió el Real Madrid de Zidane en semifinales que tenía un techo en Champions, le llega en un momento de irregularidad. El equipo de Carlo Ancelotti (la presencia del técnico es duda, aún positivo en coronavirus) se ha ido alejando del buen fútbol según se han rebajado sus fuerzas.

Todo se mira con otros ojos cuando está Benzema. Vinícius instalado en un bajón evidente, Rodrygo y Marco Asensio intercalando titularidades sin gol. El Real Madrid encontró buenos resultados cuando apostó por jugar al contragolpe pero el aviso del Parque de los Príncipes, donde no chutó a puerta, provocó que Ancelotti renunciara al bloque bajo. La opción de fortalecer con un cuarto centrocampista la medular, daría entrada a Fede Valverde. Ya está de vuelta Mendy en el lateral izquierdo y Benzema en punta. En su temporada más goleadora en la Liga de Campeones, con ocho goles que han ayudado a que en abril haya ya igualado su mejor curso goleador con 34 dianas. Llega lanzado.

El autor del triplete que eliminó al PSG y devolvió las esperanzas al madridismo. No hay más dudas que despejar en el once de Ancelotti que salva partidos por la fiabilidad de Courtois en portería, devolverá a Carvajal a la titularidad y que mantiene a su intocable centro del campo con Casemiro, Kroos y Modric.