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El Mundial júnior y sub 23 ha puesto de relieve la brillante progresión del piragüismo mallorquín, que celebra el oro de Marcus Cooper Walz en el K4 1000 y la medalla de plata de Alicia Heredia en el K1 500. La expedición balear, a excepción del palista del RCN de Portopetro, ya descansa en casa con la satisfacción de haber acreditado su potencial en Montemor O Velho.

En su equipaje faltaban las palas, que se quedaron en Barcelona, pero Rogelio Figueras, Adriana Paniagua, Alicia Heredia, Belén Arnao y Nacho Torres llegaron a con la sonrisa del que ha sacado buena nota en un examen de primer nivel.

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Razones para estar en una nube tenía sobre todo Alicia Heredia, que comienza a creerse que es la flamante subcamopeona del mundo. «Antes de la carrera tenía mucho miedo, pero salí y lo di todo. Fue muy duro porque entraba viento lateral en contra, pero, tras salir primera y aguantar los primeros 300 metros, hice mi subida tal como había entrenado y pude colocarme segunda», analiza.

La medalla es la recompensa a un año muy exigente, pero, más allá de su segundo puesto, también resalta el balance isleño en Portugal. «Estoy superorgullosa de que los mallorquines traigamos dos medallas y haber estado en tantas finales A y B», destaca.

El presidente de la Federació de Piragüisme de les Illes Balears, Juan José Salaber, ha ejercido de jefe de expedición del equipo español y resalta la pujanza de los deportistas mallorquines. «Antes íbamos dos y ahora han sido seis chicos y dos medallas. Es un momento de mucha ilusión porque el trabajo que se está haciendo en los clubes y en la tecnificación se ve reflejado en el plano internacional», subraya.