El jugador de la selección española Álex chutando ante dos jugadores de Kazajistán. | Carmelo Rubio Sselección epañola de selecci

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España 5-3 Kazajistán

España: Paco Sedano; Ortiz, Rivillos, Pola y Raúl Campos -cinco inicial-. También jugaron: José Ruiz, Bebe, Andresito, Lin, Alex y Miguelín.

Kazajistán: Shamro; Leo, Douglas Junior, Zhamankulov y Dovgan -cinco inicial-. También jugaron: Suleimenov, Pershin, Knaub, Grebonos, Pengrin, Taku y Nurgozhin.

Goles: 0-1, min.3: Dovgan; 1-1, min.7: Bebe; 2-1,min. 16: Miguelín; 3-1, min.17: Raúl Campos; 4-1, min.26: Alex. 4-2, min.35: Leo; 4-3, min.37: Zhamankulov; 5-3, min.39: Raúl Campos.

Árbitro: Sasa Tomic (Croacia). Mostró tarjeta amarilla al jugador de Kazajistán Leo (min.21) y a Pola (min.38) para España.

Incidencias: semifinales del Europeo de Serbia disputado en el pabellón Arena Belgrado ante cerca de 10.000 espectadores.

La selección española de fútbol sala tumbó y ganó 5-3 a Kazajistán, se clasificó para la final del Europeo de Serbia que disputará ante Rusia y ya sueña con alzar su séptima corona continental.

El equipo de José Venancio López tenía una misión complicada. Un grupo con una historia impresionante a sus espaldas en los europeos no podía confiarse. Y menos, ante un equipo como Kazajistán, que eliminó en cuartos al todavía vigente campeón, Italia.

Pero Kazajistán no era sólo la casualidad de una victoria ante el combinado transalpino. Tiene mimbres en sus clubes y buenos. Y, la prueba de ello, es la Copa de la UEFA, máxima competición continental, que ganó al Barcelona el Kayrat Almaty (ocho de sus jugadores están en la selección). Esos éxitos eran un aviso más que suficiente para un equipo que a lo largo del torneo no acusó las bajas de Fernandao, Aicardo y Lozano.

Tal vez en los primeros minutos España no saltó al campo concentrado al cien por cien. Rusia ya esperaba en una hipotética octava final de las diez que se han disputado incluido la del torneo que todavía no ha terminado. España, antes de tiempo, estaba pensando demasiado en ese último partido decisivo.

Esos momentos de incertidumbre los aprovechó Kazajistán, que en el tercer minuto hizo el 0-1 tras una jugada por la banda derecha de Douglas Junior que culminó Aleksandr Dovgan prácticamente debajo de la línea de la portería defendida por Paco Sedano.

Ese, junto al minuto 17, en el que Kazajistán tuvo tres ocasiones consecutivas salvadas por Sedano y el palo de la portería española, fueron los únicos momentos inquietantes del rival de España, que en el resto del primer tiempo dominó y pasó el rodillo.

El primero en golpear fue Bebe, que aprovechó un rechace del guardameta Grigori Shamri a la salida de un córner para rematar a la red una pelota suelta que sirvió para que las tablas se elevaran al marcador.

Después, ya en el minuto 16, Miguelín sacó un misil con su destructora pierna izquierda para aprovechar un buen robo de Rivillo, que se aprovechó del trabajo sucio de Raúl Campos en la presión para ceder a su compañero. El 2-1, sin embargo, no echó atrás a Kazajistán, que en 45 segundos dispuso de las tres ocasiones ya citadas que salvó el portero del Barcelona.

Todo acabó en ese mismo minuto de locura, el 17, cuando Rivillos asistió a Raúl Campos para que, con un derechazo desde un lateral, diera una ventaja de dos goles a España, que se marchó al descanso con un resultado muy jugoso para sus intereses.

En la reanudación, España solo tenía que esperar a su presa para pegarle los últimos bocados. Kazajistán, como era de esperar, utilizó el portero-jugador, pero sin su estrella por acumulación de tarjetas, el meta Higuita, que aparte de parar juega tremendamente bien con los pies, ese sistema bajaba enteros.

Y, en una de esas intentonas kazajas, Miguelín robó una pelota a Douglas Junior y Alex, desde el centro del campo y sin portero, marcó el 4-1 con el que parecía que se cerraba la semifinal.

Todo lo que vino después fueron minutos de entretenimiento hasta que restaban cinco minutos para la conclusión del duelo. Con Leo ejerciendo de portero-jugador, Kazajistán, a la desesperada, logró el segundo tanto por medio del jugador nacido en Brasil.

Eso envalentonó al equipo de Cacau, que metió mucho miedo a España con el tercero, obra de Zhamankulov y, durante unos instantes, el empate se olía en el pabellón serbio. Sin embargo, el tanto de Raúl Campos, el quinto, apaciguó el ímpetu del rival de Kazajistán, que no pudo con el poder de España, una vez más en la final.