El técnico del Atlètic Balears, Christian Ziege, en Son Malferit. | Miquel Àngel Llabrés

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Despedirse virtualmente de los playoffs con nueve jornadas por delante se convierte en el particular epílogo de Christian Ziege al frente del Atlètic Balears. El contrato del técnico alemán expira el próximo 30 de junio y sus dos tentativas fallidas de atacar las eliminatorias de ascenso suponen el final de un ciclo en el club blanquiazul, que centra sus esfuerzos en clasificarse para la Copa del Rey en el césped y en la planificación del próximo curso en los despachos de Son Malferit.

La derrota en Badalona ha convertido en una misión imposible alcanzar el objetivo trazado al inicio de la temporada. Diez puntos de desventaja con 27 por disputarse respecto a la cuarta plaza del Badalona y un calendario muy exigente por delante convierten los playoffs en una cuestión de fe, mucha fe. Solo le quedan las matemáticas al ATB, pero las cuentas asustan.

Eso sí, los blanquiazules están obligados a seguir remando. Y es que la clasificación para la Copa del Rey resulta un objetivo importante. Se meten los cinco primeros y la buena clasificación de tres equipos filiales como el Barcelona B, el Valencia Mestalla y el Villarreal B amplía las posibilidades de los mallorquines.

El proyecto 2016-17 estaba basado en la continuidad del bloque del ejercicio anterior con una serie de refuerzos y confiar en la progresión de la propuesta inculcada por Ziege desde su llegada en diciembre de 2015. El máximo accionista, Ingo Volckmann, ha insistido en que iban a intentarlo este curso con esta fórmula y que si no salían las cosas cambiarían la hoja de ruta rebajando también la inversión para la 2017-18.