Los técnicos de ambos conjuntos se saludan minutos antes de comenzar el encuentro.

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67 DRAC INCA: Chambers (4), Yáñez (6), Merchán (1), Merino (11), Monclova (13) "cinco inicial", Lou Roe (22), Roure (4), Felipe García (3), Jesús García (0) y Gonzalo Fernández (3).
22 de 38 en tiros de 2 puntos. 4 de 15 en tiros de 3 puntos. 11 de 18 en tiros libres. 23 rebotes (14 en defensa y 9 en ataque). 31 faltas personales.
73 MENORCA BÀSQUET: Reynés (18), Montgomeri (5), Delaney (9), Pacreu (20), Sabaté (14) "cinco inicial", Isma Torres (7) y Antonio Díaz (0).
17 de 35 en tiros de 2 puntos. 5 de 9 en tiros de 3 puntos. 24 de 43 en tiros libres. 26 rebotes (21 en defensa y 5 en ataque). 20 faltas personales.
Àrbitros: José Luis Estévez (Gallego) y Àngel Lucas (Castilla La Mancha). Excluyeron por cinco faltas personales a Nacho Yáñez (minuto 37), Felipe García (38*) y Jeff Chambers (39*) del Inca e Isma Torres (38*) del Menorca.

Marcador cada 5 minutos: (16-14) (22-18) (34-26) (39-34) "descanso" (42-46) (53-55) (59-64) y (67-73) "final.
Incidencias: Palau d'Esports d'Inca. Algo más de tres cuartos de entrada para presenciar el encuentro entre el Drac Inca y el Menorca, correspondiente a la jornada número 26 de la Liga LEB. El equipo de Maó llegó acompañaro por unos doscientos seguidores.

Atrapado por la confusión y las dudas que genera siempre cualquier reconstrucción, Drac Inca se llevó un disgusto descomunal del clásico balear. Es el efecto que producen las noticias malas e inesperadas. Encomendado a Lou Roe, un tipo que evidenció que su estatus está por encima del del resto, el grupo de Olmos se vino abajo ante el discurso colectivo del Menorca y la propia languidez de su baloncesto. La derrota deja a los mallorquines en una tesitura complicada, a un buen tramo de los mejores y demasiado cerca de los mediocres.

Sin crédito en el perímetro e incapaz de otorgar cierto criterio a su ataque, el Inca quedó herido de muerte en el tercer cuarto (14-21). Se olvidó de que en muchas ocasiones caminar recto es lo más fácil y fue incapaz de dañar a una defensa muy permeable a las penetraciones pero que nunca concedió segundas opciones. Con su rebote defensivo controlado, Menorca Bàsquet no tuvo excesivos problemas para incrementar la velocidad del partido y voltear con cierta contundencia el marcador. La renta de 10 puntos que llegó a administrar el cuadro local a los quince minutos de partido (34-24), fue casi una anécdota. Lou Roe había irrumpido a lo grande y su presencia en la pista marcó un punto de inflexión en el encuentro. Del equilibrio inicial se pasó a una atmósfera dictatorial marcada por el manual de Roe, pero todo se derrumbó en la apertura del segundo acto.

Emergió la figura de Patricio Reynés y también la clarividencia de Josep Pacreu. El Inca no tardó en notar el aliento de su rival en el cogote. Anotó 4 puntos en 7 minutos y encajó un parcial (4-16) que dictó sentencia (43-50 a falta de 13 minutos), fundamentalmente porque dejó claro que no tenía soluciones y que con el corazón no basta. Menorca supo bajarle revoluciones al partido y Olmos buscó lo imposible tirando de un errático Chambers. Desde la línea de tiros libres (24 de 43), el Menorca perdonó un marcador humillante.