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El Real Mallorca ha cubierto su primera etapa en la Liga de Campeones dando la sensación de que se podría haber llegado más lejos. Ese maldito gol de Henry en el estadio de Highbury resultó fatal para los intereses del club balear. El hecho de haber estado tan cerca de acceder a la segunda fase, de quedarse en la misma puerta de entrada, ha supuesto una importante decepción para todo el entorno mallorquinista.

Antes de arrancar la liguilla el reto del equipo era ser segundo de grupo y la verdad es que se ha estado muy cerca de conseguirlo. Se ha estado tan cerca que ahora el acceder a la UEFA se presenta como un premio menor. Pese a ser la segunda competición europea, esta se encuentra a años luz de la Champions que es ahora, en su segunda fase, donde recobra todo su esplendor.

Tras la primera victoria conseguida ante el Arsenal en Son Moix, la euforia se apoderó del club, del equipo, de la afición y también de los propios medios. A partir de ahí se empezó a creer realmente que se podía aspirar a todo. Sin embargo en este debut europeo surgió el primer gran problema: la lesión de Ibagaza. Desde entonces el «Caño» no ha vuelto a jugar y nadie sabe con exactitud cuándo podrá volver a hacerlo.

La visita al Apostolos Nikolaidis devolvió al Mallorca a la realidad. Una deplorable actuación de los isleños sumergió al club balear en su primera crisis de la temporada. El club ya no sólo funcionaba mal en la Liga, también fallaba en la Champions. Pero contrariamente a lo esperado, los futbolistas que por aquél entonces dirigía Bernd Krauss, se desplazaron a Alemania para enfrentarse al Schalke y consiguieron ganar por la mínima. Seis puntos y todo por disputar. El equipo estaba bien situado en el ecuador de la liguilla pero la visita del conjunto germano a Son Moix rompió todos los esquemas. El cero a cuatro fue determinante para no entrar en la próxima fase. La visita a Highbury fue también determinante. Se perdió por tres goles a uno y se perdió también toda posibilidad de lograr acceder a la siguiente liguilla. Con el dos a uno todavía había opciones en la última jornada pero el tercer tanto de Henry acabó con el sueño de participar en la mejor competición continental para clubes que existe en estos momentos.