Mateu Alemany, ayer durante su comparecencia ante los medios de comunicación.
Foto: JAUME MOREY

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Mateu Alemany ha redactado un discurso optimista, aliviado por los triunfos y endulzado por la situación económica que vive la entidad. El mandatario, que confirmó el préstamo de 10 millones de euros que ha realizado el empresario Bartomeu Cursach a la sociedad anónima mallorquinista, aseguró que el futuro económico del club está «garantizado» porque «tendremos más activos y menos gastos», en relación a la inversión en la cantera "más de 7 millones en Son Bibiloni" y a la rebaja en los salarios que se adivina en el fútbol.

Además, el presidente explicó que la relación con el Grupo Zeta «sigue siendo la misma», que si alguna vez se sintiera incómodo «se marcharía» y que Cursach nunca le ha planteado comprar el club «porque además no está en venta». El máximo mandatario mallorquinista quiso dar por zanjado el tema sobre el dinero adelantado por Cursach simplificando la operación: «Todas las empresas necesitan financiación y nosotros no somos una excepción. Este verano el club tenía ciertas deudas que debía saldar con cierta celeridad y llegó un punto en el que advertimos que la venta de Luque iba muy lenta y que, además, la forma de pago era compleja.

Fue entonces cuando apareció este empresario mallorquín, que además tiene una sensibilidad especial hacia el club, y cerramos esta operación imaginativa y buena para nosotros. A los bancos no les sirve como aval un jugador, pero para Cursach han sido suficiente garantía Etoo y Leo Franco», agregaba. El acuerdo, que se cerró a finales de julio "«para que los jugadores pudieran cobrar»" garantizó una oxigenación económica «muy importante», según explicó Alemany.