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Luis Villarejo|MADRID
Un esfuerzo más, el antepenúltimo, es el que ha pedido Vicente del Bosque a sus jugadores para saltar la valla del Juventus y aspirar a levantar la décima Copa de Europa, un reto complicado, pero accesible, ante un rival que llegó a Madrid sin hacer ruido, de forma seria y sin levantar la pasión mediática del «Beckham United» hace menos de un mes. La plantilla del Madrid respeta y mucho al club de la familia Agnelli. Ellos sí diferencian el «glamour» del fútbol. De hecho, cuando llega el sorteo, en esa pregunta tópica y típica que se formulan a los madridistas: «Y usted, ¿qué equipo prefiere ahora?», el jugador del Madrid siempre dice: «El Manchester United». Nunca quieren a un club italiano. Esos, para la final, coinciden todos. Esta vez les llega antes el trance.

Del Bosque tenía esta semana más miedo al Mallorca que al Juventus. No es ventajista. Lo dijo la víspera del partido liguero. El estilo «Juve», con perfil austero italiano de mitad de campo para atrás, se transforma en valentía cuando entran en acción Nedved, Trezeguet y Del Piero. El Juventus tumbó al Barca en el Camp Nou a la contra, con el futbolista checo en estado de gracia. Es seguramente Nedved el jugador extranjero más en forma del Calcio. De ese contragolpe ha tomado buena nota Del Bosque y su cuerpo técnico.

Mejorar la actitud defensiva global es una de las recetas clave para viajar a Turín con solvencia en la vuelta. A Fernando Hierro le han caído chuzos de punta en las últimas horas. Justo el día en que otros compañeros fueron igual de culpables de los goles encajados, él asume el chaparrón de las críticas. Lo hace con naturalidad, respetando al público del Bernabéu, que es soberano. No es ni será el primer futbolista del Real Madrid al que piten en casa. Ocurrió en todas las épocas. En el Madrid han silbado a infinidad de jugadores míticos. No se libraron ni Puskas, ni Santamaría, ni Gento, ni Zoco, ni Amancio, ni el propio Del Bosque, ni Michel, ni Martín Vázquez, ni Butragueño. Todos han probado el virus del exigente público del Bernabéu.