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Javier García-Ochoa|SHANGHAI
El británico Lewis Hamilton (McLaren-Mercedes) ha conseguido todo en el Gran Premio de China, victoria, primer puesto en la formación de salida y vuelta rápida, pero no ha podido sentenciar el título mundial de pilotos, mientras que Fernando Alonso ha conseguido lo máximo a lo que podía aspirar ayer: el cuarto puesto.

Después de las últimas carreras, extremadamente emocionantes, el Gran Premio de China ha sido un desfile insufrible con muy pocos momentos de interés, el duelo entre Fernando Alonso y el finlandés Heikki Kovalainen en la primera vuelta y la incertidumbre de cuándo Raikkonen se dejaría adelantar por Massa.

En la salida Kovalainen, que partía que partía por detrás de Alonso se igualó con el cuando llegaron a la frenada de la primera curva y cubrieron mas de las dos terceras partes del trazado emparejados, hasta que al final de la recta mas larga del circuito le logró superar en la frenada en piloto de Renault.

A partir de ese momento Alonso fue consolidando su cuarto puesto y tan solo al final de la carrera, cuando fue informado por el equipo de posibles problemas de Kimi Raikkonen, que ya había dejado pasar a Massa, forzó el ritmo por si podía adelantarle, daba su vuelta rápida personal en la última, pero al final se tenía que conformar con el cuarto puesto, máximo a lo que podía aspirar en la carrera de ayer. En cabeza Hamilton no lograba mucha ventaja hasta la primera parada para repostar, la máxima fue de cuatro segundo, cedió la cabeza de la carrera a su compañero de equipo Kovalainen por tres vueltas y a partir de ahí ya no volvería a dejarla ni a ser inquietado para cruzar la línea de meta con casi quince segundos de ventaja sobre Massa. Los Ferrari, que han empleado distinta táctica con los neumáticos, en los dos primeros relevos Raikkonen usó los duros y Massa los blandos, para terminar el brasileño con duro y el finlandés con blando, han estado siempre a merced de Hamilton y sin la más mínima posibilidad de inquietarle.