Pinto y Messi bromean durante el entrenamiento de ayer del Barça. | INA FASSBENDER

TW
0

Tras dejarse en Pamplona buena parte de sus opciones de reeditar el título de Liga, el Barcelona regresa al escenario de la Liga de Campeones con un único objetivo: defender el cetro europeo. Enfrente tendrá al Bayer Leverkusen, primer escollo de los tres que deberá superar el conjunto azulgrana para asomarse a una nueva final.

Pep Guardiola sabe que su equipo está a sólo siete partidos de coronarse de nuevo rey de Europa y ante Osasuna, envió un claro mensaje: una vez clasificados para la final de Copa, el torneo doméstico es ahora mismo una quimera y la 'Champions' la meta.

Sin Villa, Afellay y Fontàs, los lesionados de larga duración, ni Keita, que ha estado disputando con Mali la Copa de África, Guardiola sólo tiene dieciséis jugadores del primer equipo disponibles, ya que Busquets aún no tiene el alta médica, aunque ha viajado con el resto de la expedición. La presencia del mediocentro es la única duda de Guardiola que, esta vez sí, será el de gala con el propósito de encarrilar una eliminatoria que debe cerrarse en el Camp Nou.

El Bayer Leverkusen no llega a este duelo con el Barcelona precisamente en su mejor momento. Eliminado de la Copa alemana y sexto en la Bundesliga a diez puntos de los puestos que dan derecho a disputar al Liga de Campeones, está protagonizando una temporada irregular.

El entrenador Robin Dutt ha tenido problemas para fijar la jerarquía del vestuario, el fútbol que muestra el equipo sólo rara vez es convincente y muchos jugadores que podrían ser claves, como el extremo André Schürrle, están teniendo problemas para mostrar su mejor nivel.

El caso de Michael Ballack, relegado al banquillo por Dutt, ha aumentado los problemas del entrenador con la afición. En todo caso, Ballack es baja debido una lesión muscular, y la suya se suma a las de otras ausencias ilustres como la del goleador Eren Derdiyok, o el centrocampista Sidney Sam.