El presidente del Atlètic Balears, Fernando Crespí, atiende a este periódico durante una entrevista.

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El Atlètic Balears atraviesa por su peor momento esta temporada a nivel de resultados. Pese a que el equipo de Gustavo Siviero sigue líder del grupo tercero de Segunda División B, la realidad indica que el colchón de puntos que existía con el segundo clasificado se ha reducido a cinco a falta de cuatro partidos para que finalice el campeonato y eso ha sembrado la inquietud en la familia blanquiazul. De los últimos seis partidos sólo se ha conseguido una victoria y la actidu del equipo sobre el campo despierta dudas. La trayectoria ha sido durante toda la Liga tan ascendente, que ahora, avistando el final, parece que la plantilla sufre un colapso que les ha ralentizado la velocidad de crucero que habían fijado desde el mismo inicio del campeonato.

Ante este escenario el punto de mira se dirige inevitablemente al banquillo, pero el club no moverá ficha al respecto y el presidente, Fernando Crespí, aseguró ayer en declaraciones a Ultima Hora, que el argentino no corre peligro. «No hay ultimátum ni nada por el estilo. Gustavo será el entrenador del playoff », aseguró con rotundidad Crespí. ¿Qué hacer ante esta situación? Todos los movimientos que se lleven a cabo deben medirse con prudencia y puestos a hacer cosas, lo mejor es sencillamente dar un mensaje de atención al vestuario y también de ánimo a los aficionados. En ambos casos Fernando Crespí pasará a la acción y durante estas semana el presidente tiene previsto reunirse con la plantilla profesional y pedirles un último esfuerzo en esta recta final del campeonato regular.

«A los jugadores sólo puedo decirles que sigan luchando, que Siviero seguirá hasta el final y que la superviencia del proyecto depende de ascender. Tienen que entenderlo», explicó Crespí. El presidente no acierta a adivinar qué puede estar pasando a la plantilla para que haya bajado el nivel de forma tan notable como lo ha hecho estas últimas jornadas. «No sé qué puede estar pasando, pero está claro que el equipo no está como antes y ya no se puede perder más, hay que ganar y quiero que los futbolistas sean conscientes de lo que nos jugamos. Tal vez no se ha gestionado bien esta recta final de la Liga, no quiero decir que estén relajados -los jugadores- pero en según qué momentos no están todo lo centrados que ha estado en otro muchos partidos, ni tan compenetrados. Tal vez verse con tantos puntos de distancia ha influido y se ha podido bajar la guardia, pero ya no puede bajarse más. Hay que volver a demostrar lo buen equipo que son», explicó Fernando Crespí.

También el presidente mandó un mensaje a los aficionados del Atlètic Balears, a los que pidió que alienten al equipo y al entrenador hasta el último minuto. «Siviero es y será nuestro entrenador, va a ser el entrenador del play off y no es momento para criticar ni para silbar, necesitamos que animen como lo han hecho todo el año y no podemos desaprovechar la oportunidad que se nos presenta ahora de ascender. Dependemos de la afición, siempre lo he dicho y me reafirmo en ello y les pido que transmitan confianza desde la grada, que se dejen de silbar y de pañoladas, ahora es momento de ir juntos y de animar», subrayaba el presidente del Atlètic Balears.

El enfado de Antoñito

A nivel interno, situaciones como la protagonizada por Antoñito cuando fue sustituido la pasada jornada en Reus, hacen que la armonía en el vestuario haya podido verse tocada, pero Crespí asegura que nada de esto ha ocurrido. «Es cierto que Antoñito se enfadó, pero se enfadó porque es un jugador que viene a subir, que quiere hacer más, que no ha venido aquí a perder el tiempo, por eso se enfadó. Quiere más y hay que entenderlo», precisó el presidente.

En el Atlètic Balears existe por lo tanto una calma tensa a la espera de la disputa de los últimos partidos del campeonato. Este domingo a las once de la mañana el Atlètic se medirá al Dènia en el Estadi, un rival que está relativamente lejos del vagón de cola y que es propicio para poder conseguir los tres puntos y devolver la tranquilidad en el entorno del club blanquiazul.