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El ciclista británico Bradley Wiggins se encuentra ya en Pollença disfrutando de sus merecidas vacaciones. El reciente campeón del Tour de Francia y medalla de oro en los Juegos Olímpicos, es un habitual de la localidad mallorquina, a la que se escapa siempre que puede. Wiggins acaba de efectuar la temporada más increíble en su carrera como profesional, tras proclamarse campeón de la ronda gala de una manera incontestable y coronó sus semanas de ensueño con el oro en los Juegos Olímpicos de Londres, donde ya es todo un ídolo, en la prueba de contrarreloj.

El primer británico en conquistar el Tour es un enamorado de la Isla y, además de pasar varias semanas al año en tierras mallorquinas como parte de su preparación, también ha querido desconectar de la vorágine de las últimas semanas en Mallorca.

Sin duda, Wiggins se ha convertido por derecho propio en uno de los mejores deportistas británicos de la historia y su éxito enl a ronda gala le convirtió en uno de los grandes protagonistas de la inauguración de los Juegos Olímpicos que se disputarán hasta el domingo en la capital inglesa, donde, además, engordó su espectacular hoja de servicios.

El corredor del conjunto Sky llega a la Isla tras colgarse el oro en la prueba contrarreloj, lo que le permitió elevar a siete el número de metales olímpicos que figuran en sus vitrinas. Una medalla de bronce en Sydney 2000, tres medallas en Atenas 2004 (una de oro, una de plata y una de bronce), dos medallas de oro en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 y otra de oro en Londres dan forma al palmarés envidiable de un corredor que deslumbró en la pista y ahora lo hace sobre el asfalto.

Wiggins ya descansa en tierras mallorquinas, donde baraja la posibilidad de adquirir una casa teniendo en cuenta las largas temporadas que pasa en la Isla y lo que le gusta una tierra en la que puede combinar el descanso con sus entrenamientos.