El ciclista francés llegó a la meta en solitario. | Julien Warnand

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El francés Julian Alaphilippe revalidó a lo grande su corona de campeón del mundo de ciclismo en ruta al imponerse en la prueba en línea en del Mundial de Flandes (Bélgica), una carrera de 267,7 kilómetros llena de cotas, muros y adoquines entre Amberes y Lovaina tras la cual sigue de arco iris.

Alaphilippe, de 29 años y oro también en Imola 2020, llegó a la meta en solitario tras romper la carrera una y otra vez con los impresionantes ataques en repechos que son casi imposibles de seguir cuando el galo está en su mejor forma.

El más productivo a 21,5 kilómetros, cuando, lanzado por Velentin Madouas, destrozó al grupo cabecero y se quedó solo en cabeza.

Tras el de Saint-Amand-Montrond, llegó a meta un grupo de cuatro corredores entre los que el neerlandés Dylan van Baarle y el danés Michael Valgren Hundahl fueron plata y bronce. El belga Jasper Stuyven, que dejó a su país sin medalla, y el estadounidense Neilson Powless, cuarto y quinto completaron el cuarteto.

Más alejados, desperdigados, entraron el resto del grupo de 17 ciclistas que se quedó por delante a 50 kms. del final para jugarse las medallas. Entre ellos, los principales favoritos a la victoria, el neerlandés Mathieu Van del Poel, octavo, y el belga Wout van Aert, undécimo.
La carrera estuvo marcada por caídas y cortes en los que casi siempre entraba Remco Evenepoel, ejemplar en el esfuerzo y el trabajo de equipo hasta cedió en la parte final ya reventado. Aunque su labor no tuvo el premio de una medalla para Bélgica, lo que dejó a la afición flamenca, preparada para una fiesta, decepcionada.

Tampoco acabó todo lo contenta que se presumía antes del corte definitivo la selección española, que estuvo siempre en carrera, con Imanol Ervti e Iván García Cortina en las fugas con opciones, pero fuera del grupo de cabeza en la fase decisiva.

El mejor clasificado fue Cortina, vigésimo tercero a 6.27 del ganador. También acabaron la carrera, unos segundos detrás, Gorka Izagirre, Erviti, Gonzalo Serrano, Carlos Rodríguez y Roger Adriá en los puestos 42, 43, 44, 53 y 59. Finalizaron 68 corredores.

A los diez kilómetros se formó ya la escapada que marcó la cabeza la primera mitad de carrera. Ocho ciclistas, entre los que estaban el que estaban el colombiano José Tito Hernández Jaramillo y el ecuatoriano Joel Burbano, que tuvo casi seis minutos de ventaja.

Aunque el corte que preocupó al pelotón, y sobre todo a Italia que no metió ningún corredor en él, fue el de 14 que provocaron el belga Remco Evenepoel, el francés Benoit Cosnefroy y el danés Magnus Cort Nielsen a 173 kms. de meta.

A ellos se unieron, entre otros, los eslovenos Primoz Roglic y Jan Tratnik, el francés Arnaud Demare, el danés Kasper Asgreen, el estadounidense Brandon McNulty y el español Imanol Erviti.

Grupo peligroso que se mantuvo en una posición intermedia durante 40 kmms. y que fue reintegrado al gran grupo a 135 kilómetros de meta.

Casi inmediatamente fue cazada también la fuga delantera y la carrera tomó una nueva dimensión con la mitad de la prueba aún por recorrerse y ya con Bélgica tomando el control del grupo.

A 90 kms. atacó el alemán Polit y se llevó con él una decena de corredores, de nuevo Evenepoel y Tratnik y esta vez con Iván García Cortina como representante español
Cedieron media docena en una de las cotas que se encontraron, entre ellos Cortina, y el quinteto que quedaba siguió hacia adelante. Hizo bien porque así le pilló por delante el momento clave de la carrera: la aparición en escena del campeón, Alaphilippe.

El francés atacó en un muro, a 55 de meta, y provocó un corte de 17 corredores por delante. Sin españoles ni colombianos.

Intentaron Dinamarca y Eslovenia taponar la brecha que se había provocado, pero delante, con buena parte de los favoritos -Van Art y Van der Poel, los principales-, tres belgas, tres italianos y tres franceses, Evenepoel tirando y Alaphilippe con ganas de guerra ya no se paró y el gran grupo acabó entregándose.

En una pelea ya de solo de 17, volvió a la carga el francés una y otra vez hasta destrozar a sus rivales y revalidar el arco iris que se vistió en Imola 2020 y que seguirá portando en 2022 tras otra de sus memorables exhibiciones. Como acostumbra, Alaphilippe corrió, y ganó, a lo grande.