La ‘llubinera’ inicia el asalto al Himlung Himal con el sueño de ser la primera mallorquina capaz de hollar un ‘sietemil’ en la legendaria cordillera asiática.

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Las míticas cumbres del Himalaya han servido de escenario para las grandes gestas del montañismo balear, que espera poder firmar de la mano de la llubinera Antònia Bergas Torrens una página para los anales en cuestión de semanas. Si la climatología lo permite, pues este viernes iniciará el asalto al Himlung Himal, de 7.126 metros, con un largo recorrido hasta el Campo Base, que será su hogar durante las próximas semanas antes de preparar la ascensión definitiva. Un hito que, en caso de hollar la cima, convertiría a esta gran aficionada a la montaña y empleada de Correos en la primera mujer mallorquina documentada capaz de alcanzar una cima de más de siete mil metros.

Llega con rodaje y experiencia en cotas elevadas una Antònia Bergas que con 48 años cuenta con ascensiones a ‘seismiles’ como el Chamborazo (6.263) o el Mera Peak (6.476). La constante lluvia ha detenido en la población de Koto a Bergas y sus compañeros de una expedición que integran una decena de personas de países como Polonia, Rusia, Suecia y Alemania. Antònia es la única española de un grupo que se adentrará en la senda hacia el Himlung Himal, un ‘sietemil’ ubicado entre Annapurna y Manaslu y que infunden respeto.

Prudencia

El calendario de Bergas y sus compañeros de expedición tenía marcadas en rojo las fechas del 24 o 25 de octubre, en las que se esperaba poder asaltar la cima. Pero la adversa climatología desde que salieron de Katmandú puede alterar el guión. «Hemos estado unos días parados y hay riesgo de desprendimientos, aludes y avalanchas...», explicaba desde Nepal la mallorquina, que apunta «más hacia el 28 o 29 de octubre, si va bien y no hay que abandonar. Cada montaña es un mundo...», prosigue horas antes de, salvo imprevistos, emprender rumbo al Campo Base, donde se llevará a cabo la aclimatación y aproximación a la altitud que le haría entrar en la leyenda del deporte mallorquín. «Espero que la nevada que ha hecho cuaje bien», dice Bergas, muy próxima al techo del planeta.