Enric Mas, durante una de las etapas de esta edición de la Vuelta. | Manuel Bruque

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Con la ilusión y las ganas intactas de pelear por la 78ª Vuelta a España llegan a la contrarreloj individual de Valladolid el mallorquín Enric Mas (Movistar) y el barcelonés Juan Ayuso (UAE Emirates), junto a los que todos apuntan como máximos favoritos, el belga Remco Evenepoel (Soudal-Quick Step) y el esloveno Primoz Roglic y el danés Jonas Vingegaard (Jumbo-Visma). Enric Mas y Juan Ayuso son los máximos referentes del ciclismo español para pelear por una victoria en su carrera que se le resiste desde que en 2014 Alberto Contador, en Santiago de Compostela, selló su tercer triunfo en la Vuelta.
Por delante de ellos ahora mismo también aparece el catalán Marc Soler (UAE Emirates), aunque por sus resultados previos y a pesar de haber sido noveno en 2019 en la Vuelta, las apuestas no le incluyen en el abanico de posibles ganadores.

A pesar de haber pasado demasiadas cosas en la primera semana, las más trascendentes han sido en el plano extradeportivo, en lo que respecta a lo meramente competitivo lo más relevante es el liderato del estadounidense Sepp Kuss (Jumbo-Visma) y la segunda posición del español Marc Soler (UAE Emirates). El resto de favoritos, es decir Mas y Ayuso, se encuentran en un pañuelo de 32 segundos si se incluye al portugués Joao Almeida (UAE Emirates). El mallorquín Enric Mas llega a la crono con 11 segundos de retraso sobre el de Aalst, mientras que el alicantino de adopción Juan Ayuso lo hace con 21. Ambos ocuparon respectivamente la segunda y tercera posición del podio de la Vuelta en 2022 escoltando a Evenepoel. Su claro objetivo antes de arrancar la carrera en Barcelona era superar lo hecho un año antes y, por lo tanto, pelear por la victoria. Aunque también se curaron algo en salud al añadir que lo primero era ir «día a día» para corroborar sus opciones.

La tarea de mejorar o al menos repetir lo ya hecho para ambos se presenta un poco más complicada. Al margen de Evenpoel, el Jumbo-Visma ha presentado prácticamente su formación ideal y con un potencial a priori al que no llegan a su altura el resto de equipos. En los nueve primeros días han tratado de demostrar y poner en juego todo su poderío y lo han hecho, a pesar de que los frutos en forma de segundos hayan sido escasos. El ejemplo más claro es que a la contrarreloj de la capital pucelana tanto Roglic como Vingegaard llegan por detrás de Evenepoel. El único que le supera es Kuss.

La formación neerlandesa tiene entre ceja y ceja cerrar el 2023 con una completa colección de jerseys rosa, amarillo y rojo que supondría convertirse en la primera en ganar en el mismo año las tres grandes carreras por etapas del calendario mundial: Giro y Tour ya lo tienen y ahora solo les falta cerrar el círculo con la Vuelta. Con Roglic, ganador del Giro en mayo, y Vingegaard, lo hizo en el Tour en julio, aspira además a hacer doblete. A ellos, gracias a la numerosa escapada que se registró camino de Javalambre, también se ha unido Kuss que tomará la salida en la crono de Valladolid, una especialidad que no se le da especialmente bien, con 2:22 de ventaja sobre Evenepoel. El belga es un consumado especialista y podría incluso tratar de asaltar 'la roja'.

Tras los nueve primeros días de competición y a punto de cruzar su ecuador, la carrera española ya ha vivido dos finales en alto y un tercero en Xorret de Catí, que casi se puede catalogar como tal. Las rampas que han afrontado los ciclistas en esta primera parte de la Vuelta distan mucho de alcanzar el nivel de exigencia que tendrán el próximo viernes y sábado por territorio francés con algunos de los grandes colosos pirenaicos por delante. En la ascensión al Pico del Buitre junto al Observatorio Astrofísico de Javalambre, quizá el puerto más serio subido hasta ahora, se marcaron algunas diferencias, pequeñas en comparación con las que se espera que marque el cronómetro estas próximas jornadas. Evenepoel fue el que peor lo pasó cediendo 32 segundos con el esloveno y el danés.
Todos ya tienen puesta la mirada en una semana que puede convertirse en decisiva y de la que tanto Mas como Ayuso esperan salir bien parados para calibrar sus opciones reales de saber cuál será el objetivo por el que estarán en condiciones de luchar en la tercera y definitiva semana.