Aina Bauzá, a su llegada.

TW
7

Aina Bauzá ha hecho historia. Y lo ha conseguido al convertirse en la primera persona y a la vez primera mujer en cruzar en solitario en Océano Atlántico a bordo de una embarcación monocasco de 21 pies, o lo que es lo mismo, 6'5 metros de eslora. Lo ha logrado a bordo del 'Redò by Ànima Negra', con el que quería sentar un precedente en la Mini Transat, aunque al no poder lograr ese reto, acabó por plantearse este nuevo desafío ya alcanzado.

Pese a que la idea inicial era la de lograr el récord de tiempo en completar la travesía entre Cádiz y Bahamas (Ruta del Descubrimiento), fijada en 21 días, las adversas condiciones meteorológicas impidieron a Bauzá, de 29 años y que navega por el Club de Vela del Port d'Andratx, conseguir esa meta, aunque finalmente ha logrado completar su aventura en un periodo de 31 días y 34 minutos. Los que ha tardadado desde que zarpó el pasado 3 de marzo desde el puerto de Cádiz hasta alcanzar la isla de San Salvador, en Bahamas, este miércoles a las 12:49 hora española (6:49 hora local).

Ahora, falta que la World Sailing Speed Record Council, órgano dependiente de la Federación Internacional de Vela (World Sailing) homologue esta marca sellada por Aina Bauzá a bordo del 'Redò by Ànima Negra', completando esas cerca de 4.800 millas náuticas en un mes completo navegando en solitario, un hito inédto en la vela oceánica balear al ser la mujer con una marca de este calibre, sólo superada con holgura por el carismático Javier Sansó, doble participante en la Vendée Globe, vuelta al mundo en solitario y sin escalas.

"La meteorología no ha permitido coger la ruta más corta, he tenido que bajar muy al sur para mantenerme en la zona de vientos favorables y hacer muchas más millas de las previstas", explicaba Aina Bauzá. Finalmente, la regatista mallorquina recorrió aproximadamente unas 4.800 millas en 31 días, con velocidades punta que han alcanzado los 18 nudos.

Aina se ha enfrentado a una meteorología impredecible a lo largo de toda la travesía. Durante la primera fase del viaje, se topó con tres frentes fríos. Aunque la llegada a las Canarias fue positiva, experimentó algunas horas de baja velocidad debido al desvente en las islas. Más tarde, al adentrarse en el Atlántico, tuvo que descender más hacia el sur debido a la proximidad del anticiclón de las Azores. En la travesía por el Atlántico central, se encontró con alisios que se intensificaron gradualmente, con días de vientos superiores a los 25 nudos y olas de hasta 4 metros. Finalmente, al aproximarse al Caribe, una sucesión de hasta 4 frentes fríos bastante activos le causaron un viento más variable y, sobre todo, lluvias con intensidades considerablemente elevadas.

"Era la primera vez que estaba tantos días sola a bordo y el primer cruce del Atlántico". Durante más de 16 días, no ha avistado rastro alguno de vida humana, siendo solo en aguas caribeñas, cerca de la meta de Bahamas, cuando se cruzó con el primer carguero. «Lo ví en el AIS y no me lo podía creer, había un barco cerca, tuve que verlo con mis propios ojos». También se sorprendió al topar con una gran cantidad de basura en el océano. «Encontré un fluorescente de cocina o envases, tuberías,... Me daba mucha lástima porque me era imposible recogerlo a la velocidad que navegaba», apostillaba.

Bauzá prepara ahora la vuelta a Europa, ya que el 'Redò by Ànima Negra' volverá hasta Mallorca a bordo de la flota de Peters & May, colaborador de esta aventura. A pesar del éxito, Aina está ansiosa por nuevos retos y proyectos, aunque ahora le gustaría compartir la experiencia de navegar con más gente y aprender de otros navegantes.

Este proyecto ha contado con el respaldo de numerosos patrocinadores y socios, entre ellos, destaca Ànima Negra que ha sido el principal respaldo de Aina del inicio de su carrera oceánica y otras empresas mallorquinas como Astilleros de Mallorca, cuyo apoyo fue fundamental para preparar el barco para este desafío. Además, B&G ha patrocinado la electrónica a bordo, Omniaccess ha facilitado la conexión satelital, PL Sails ha contribuido con el diseño de velas específicamente para el Redò, y Robline se encargó de la cabuyería, entre otros colaboradores cuyos detalles pueden encontrarse en el sitio web del proyecto.