La plantilla del Palma Futsal posa en la pista del WiZink Center. | Tolo Jaume

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Es imposible hablar o pensar en esta Copa de España sin tener en mente a Miquel Jaume. La ilusión y la ambición que el fundador del club inculcó a la entidad se siente en esta competición. Tras su muerte hace apenas dos semanas, en el Palma Futsal se ha multiplicado el ánimo por brindarle ese éxito que tanto persiguió. Él convenció a todos de que era posible levantar el trofeo y puso las bases para que así fuera. Ahora, técnicos y jugadores quieren honrar su legado con un partido perfecto ante el Movistar Inter en el WiZink Center de Madrid, donde su vacío en el palco contrastará con su huella en la cabeza y el corazón de la plantilla.

Canalizar la parte emocional es el primer reto que afronta el conjunto de Ciutat ante un enemigo íntimo. Por historia, plantilla o presupuesto el Movistar Inter infunde respeto, pero la motivación del equipo de Vadillo tiene que minimizar las virtudes del rival y elevar las propias. Aunque aún pueda existir diferencia de potencial, la progresión del Palma dibuja un pulso parejo. Los isleños se han forjado en partidos grandes, no en vano afrontan su octava Copa, y ya pueden mirar a los ojos al equipo más laureado del certamen en un clásico del torneo. La de hoy es la quinta ocasión en la que se ven las caras en esta cita y la cuarta de forma consecutiva, siempre con victoria para los madrileños. Razón de más para ajustar cuentas.

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La única duda de Vadillo es Marlon y la certeza es que será necesario rozar la excelencia los 40 minutos. Cada balón cuenta, porque hasta la acción más insignificante puede marcar la diferencia entre avanzar o irse a casa. Saber jugar los minipartidos dentro del duelo y la contundencia en las áreas será clave. La escuadra isleña precisa mantener el nivel defensivo que le caracteriza, pero necesita afinar una puntería que no está acorde a su producción ofensiva. El balón parado le ha reportado réditos al Palma y hoy puede abrir grietas en el sólido entramado del Movistar Inter. En un curso de cambio, Tino Pérez ha diseñado un grupo con más sentido de equipo y menor dependencia de las individualidades. Pero que el colectivo sea la clave de su metamorfosis no quita que disponga de jugadores con oficio y capaces de desnivelar una contienda como Dani Saldise, Pola o Pito.

Todo se reduce a este jueves, pero Palma Futsal saltará al WiZinc Center, donde estará permitida la presencia de 1.500 espectadores, sabiendo la identidad de su rival en las semifinales del sábado. Y es que Valdepeñas y Cartagena alzan el telón de la competición a las 18:00 y el ganador se cruzará con el que salga airoso del choque entre madrileños y mallorquines, que sueñan con brindarle la Copa a Miquel.