Los jugadores del Mallorca celebran la victoria conseguida recientemente en el Sánchez Pizjuán. | Efe

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Como viene siendo tradición desde que volvió por última vez a Primera, el Mallorca va a despedir el año con buena nota. El conjunto balear, que en 2010 tampoco ha llegado a apartarse del todo de sus problemas institucionales, ha abrochado el año natural con unos registros notables y le dará la vuelta al calendario como el séptimo mejor equipo de Primera División en los últimos doce meses de competición. Sólo Barcelona, Real Madrid, Valencia, Villarreal, Getafe y Atlético han obtenido un botín más amplio en el torneo regular, unos datos que demuestran el buen estado de salud de la entidad a nivel deportivo, a pesar del bajón sufrido en los compromisos oficiales de diciembre.

39 encuentros, 16 victorias, 8 empates, 15 derrotas, 47 goles a favor, 46 en contra y 56 puntos. Es el balance con el que clausura el año el Mallorca y aunque una porción destacada de sus números corresponden todavía a la campaña anterior, el agradable nacimiento de curso que ha completado la escuadra de la mano de Michael Laudruo también ha ayudado a elevar a la formación a una posición tan elevada. Los baleares superan, sin ir más lejos, a rivales como el Espanyol, el Athletic o, sobre todo, el Sevilla, que cuentan con un volumen de recursos mucho más extenso que el que se maneja últimamente en Son Moix.

Buen nivel

Esas cifras, sin llegar al nivel de otros años, afianzan al Mallorca en el vagón de cabeza del fútbol español. Pese a las estrecheces económicas de las que es víctima, el equipo es capaz de poner el contador a cero cada verano para mantenerse a flote y seguir disfrutando de un rango que se ha ganado sobre el tapete. Sin embargo, el 2010 pasará a la historia como el año en el que el club fue excluido de la Europa League a pesar de haber cuajado una temporada admirable. Si por algo brillan sus guarismos es por el excelente final de campaña anterior. De la mano de Manzano, los bermellones pelearon hasta el último segundo de la Liga por una plaza en la Liga de Campeones y de no haber sido por un agónico tanto del sevillista Rodri en el estadio de los Juegos Mediterráneos los isleños se hubieran ganado el pasaje para la competición de clubes más prestigiosa del planeta.

El Mallorca retomó después el hilo de aquella versión y aunque lo hizo con un traje mucho más austero, ha sabido sovrevivir. Sólo en las últimas semanas el grupo rojillo ha perdido algo de gas, pero su situación sigue siendo estable y si logra inaugurar el 2011 recuperando la sonrisa no debería tener problemas.