El portero del Mallorca, Dudu Aouate, realiza estiramientos durante una sesión de trabajo del equipo en Son Bibiloni. | Monserrat

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Para Michael Laudrup y su ejército, Europa puede esperar. Al menos, hasta que la permanencia tenga el lazo puesto y las matemáticas hayan dictado sentencia. «No puedes tener dos objetivos a la vez», espetaba ayer el técnico del Mallorca mientras posaba su lupa sobre el calendario para analizar el partido que le espera mañana a su equipo en Riazor. «Primero hay uno, que es la permanencia, y una vez que lleguemos a los 42 puntos, veremos cuántos partidos quedan. Veremos si hay tiempo para ese u otro propósito hasta final de temporada. Hasta que lleguemos a esos números no podemos luchar por dos fines distintos», agregaba. Más claro, imposible.

Laudrup no quiere que el Mallorca se ciegue alzando la vista cuando todavía no ha rebasado el umbral de los cuarenta puntos y eso le lleva a reforzar un discurso del que ya se han hecho eco la mayoría de los futbolistas de su plantilla. Por eso, su desafío inicial es que el vestuario saque adelante la cita ante el Deportivo, que para él llega envuelta de veneno. «Nos espera un partido muy difícil porque querrán demostrar que pueden jugar mejor de lo que lo hicieron ante el Levante. Hay que estar preparado ante un rival que se encuentra muy cerca de la zona peligrosa y que querrá sumar los tres puntos para alejarse de allí», alegaba el preparador.

Obsesionarse

El entrenador bermellón desveló, en cualquier caso, que durante esta semana no ha querido incidir demasiado sobre el encuentro en la caseta para evitar un colapso que sería perjudicial. «No hemos hablado mucho del partido porque ha habido dos semanas, la plantilla no ha estado al completo y no creo mucho en esas cosas porque te puedes obsesionar», explicaba. Además, subrayaba la importancia que podría tener en el desarrollo del choque que se avance uno u otro equipo: «El primer gol puede ser muy importante y puede valer un partido. En nuestro caso no sabemos estar con diez atrás y ellos en casa tampoco lo van a hacer».

En su comparecencia semanal ante los medios, Laudrup tampoco pudo evitar ser interrogado acerca del amago de paro que amenazó hasta el pasado miércoles la jornada. «¿De qué sirve hacer huelga un día?», se preguntaba el técnico. «Hay que terminar la Liga y si la gente cree que se ha llegado a una situación límite, a final de temporada se puede llegar a un acuerdo y hasta que no lo haya no se puede empezar la campaña siguiente». Al mismo tiempo, se sumaba a las críticas por la gestión de la misma y comentaba que «la liga española está entre las más fuertes, pero hay que mejorar la imagen también fuera del campo. Hacia el exterior hay que transmitir una imagen del nivel que tiene realmente el fútbol de este país».

El entrenador rojillo abordó también las polémicas palabras vertidas por Ayoze hace unas semanas y salió en defensa del lateral tinerfeño. «En ningún momento he visto ninguna falta de respeto hacia un compañero o hacia mí. El problema que pueda tener con el club se tiene que solucionar hablando», finalizaba.