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Posicionado frente a uno de los partidos de su vida, Joaquín Caparrós acepta el dramatismo que rodea desde hace ya un tiempo al Mallorca. Amenazado por una pésima dinámica de resultados (6 puntos de los últimos 45 entre los que también ha caído eliminado en la Copa del Rey), el entrenador andaluz admite que hoy tiene una final por delante. «La primera de las diez que le quedan al equipo en casa», matiza. Ligado a su discurso más característico, el de Utrera asegura que no tiene problemas a la hora de asumir la presión y confía en que sus jugadores acaben recibiendo esta noche el premio a ese trabajo que desarrollan a diario en el laboratorio de Son Bibiloni.

«El crédito se gana con victorias y se pierde con derrotas», recuerda el preparador mallorquinista. «Y en el fútbol lo que vale es sumar puntos. Por eso el partido lo afrontamos como la primera de las diez finales que tenemos a partir de ahora en nuestro estadio. E independientemente de que nos enfrentemos a un adversario que está bien clasificado, el mensaje sería el mismo ante otro rival. Hay que intentar conseguir una victoria que nos siga dando opciones porque todos los objetivos pasan por nuestro estadio. No hay más. Así de simple», alega.

Tampoco le inquieta a Caparrós que se cuestione su futuro en el club. O al menos eso asegura de forma pública. «Los que me conocen saben que estoy igual que hace cinco meses. El sentido de la responsabilidad va con cada uno. De todas formas lo único que importa ahora es el partido, que jugamos una final», apunta para no desviar la atención de la visita a Palma del Málaga.

Sin embargo, lo que lleva realmente mal el técnico es que los futbolistas no sean capaces de dominar la situación. Que no obtengan los dividendos necesarios para circular por la senda correcta. «Estoy dolido porque el esfuerzo de los futbolistas no se refleja en resultados positivos», afirma contrariado. «El grupo trabaja bien y no tiene recompensa. Me fastidia que con este fantástico ambiente estemos así. Es una pena. A ver si entre todos podemos conseguirlo», lamenta. Caparrós insiste también en que «el plantel es competitivo y lo demuestra porque no es inferior a muchas plantilla de la Liga», pero tampoco descuida que su «obligación es sacarle el máximo partido».

Capa , que admite estar en deuda con la afición por todo lo que ha sucedido en los últimos meses, advierte que «el Málaga tiene muchos recursos, un gran juego combinativo y peligro las faltas directas. No creo que sus jugadores, acostumbrados a jugar miércoles y domingos, acusen el esfuerzo».

Manuel Pellegrini

Por su parte, Manuel Pellegrini califica el duelo entre Mallorca y Málaga como un «partido disputado» por todo lo que le rodea. «El Mallorca se encuentra en una posición difícil en la tabla, y se aferra a conseguir los puntos como local. Por eso será un partido disputado, y en el que ojalá tengamos la capacidad futbolística y anímica para superarlos», argumentaba el chileno antes de desplazarse a la capital balear.

El entrenador blanquiazul destacaba que ve a su equipo «bien, como durante todo el año», aunque reconocia que estaban «muy ilusionados con pasar la fase de la Copa del Rey» pero que también eran «conscientes que tocaba un rival muy difícil», en alusión directa al Barcelona.

«Estoy dolido porque el esfuerzo de los futbolistas no se refleja en resultados. El grupo trabaja bien y no tiene recompensa»

El técnico, acerca de la situación que vive la plantilla