Cesc Fábregas, del Barcelona, marca su segundo gol ante Aouate. | Reuters

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F.C. Barcelona 5 - 0 Mallorca


F.C. Barcelona: Pinto; Alves, Piqué (Abidal, min.69), Bartra, Montoya; Thiago, Song, Iniesta (Jonathan dos Santos, min.51); Tello, Cesc (Deulofeu, min.65) y Alexis.

Mallorca: Aouate; Hutton, Nunes, Bigas, Kevin; Nsue (Arizmendi, min.46), Alfaro, Tissone, Pina (Márquez, min.70); Giovani dos Santos y Tomer Hemed (Martí, min.46).

Goles: 1-0, min.20: Cesc. 2-0, min.22: Alexis. 3-0, min.37: Cesc. 4-0, min.39: Alexis. 5-0, min.46: Cesc.

Árbitro: Muñiz Fernández, del comité asturiano. Mostró cartulina amarilla a Alfaro (min.63) y Alexis (min.75).

El Mallorca se asoma al precipicio. El grupo balear contempla el tramo más decisivo del torneo desde el fondo del barranco, con el infierno de Segunda División más cerca que nunca y un aspecto preocupante, tras completar anoche una actuación vergonzosa en el Camp Nou. El equipo isleño saltó al feudo azulgrana con el peso del farolillo rojo, la losa que le había trasladado el Deportivo antes del choque. Ser colista es una consecuencia de una temporada que comienza a desprender un preocupante olor a chamusquina cuando la pancarta de meta aparece ya en el horizonte. (5-0)

Sin Messi, Xavi, Puyol, Adriano... el mallorquinismo se había conjurado para intentar la sorpresa. Pero ni siquiera lo intentó. Sin rumbo, sin timón, sin alma y perdiendo agua por todas partes, el Mallorca arrojó a la basura su visita a la Ciudad Condal. Perdió por incomparecencia. Tiró por la borda cualquier atisbo de campanada a los veinte minutos. Casi sin darse cuenta, un par de diálogos entre Cesc y Alexis, provocaron dos goles, agrandaron la hemorragia defensiva y condenaron a un rival que entonces entregó las armas. Se convirtió en un espectador de excepción del juego preciosista, combinativo y al primer toque de su enemigo.

Antes de llegar ese primer gol, que derrumbó al Mallorca por completo, el grupo balear se había asomado con timidez. Manzano recuperó del baúl el doble pivote, fijando a Hemed y Gio arriba.

Al trote, el Barça comenzó a hacer daño. A base de triangulaciones, de toque y paciencia, superó la defensa isleña sin necesidar de pisar el acelerador. Una pared entre Cesc y Alexis abrió el tarro. Sin tiempo para reaccionar y con los mismos actores, pero los papeles cambiados, llegó el segundo. Fábregas saca a paseo su diestra, Aouate despeja a un lado y el chileno remacha.

El Mallorca entró en un estado de depresión absoluto, mientras los futbolistas del Barça seguían con el rondo. Iniesta, Cesc, Alexis, Tello... eran perseguidos por once camisetas blancas.

La falta de resistencia sumió al Barça a una siesta, que acabó con otros dos fogonazos y alguna tímida llegada isleña. En una de estas, Nunes rebañó un balón que se estrelló en el brazo de Thiago dentro del área de Pinto. Muñiz no señaló nada.

Entonces, el cuadro de Tito Vilanova volvió a encender la luz. Thiago abrió a la derecha, Alexis dibujó un pase y Cesc agradeció el regalo con otro tanto. Y para rematar una primera parte de lujo local y de vergüenza visitante, un pase milimétrico de Fábregas, un control exquisito de Alexis, entre Bigas y Nunes, y gran definición ante Dudú. 4-0 con casi una hora todavía por delante.

El descanso no alteró nada. Manzano no supo cambiar nada porque a los cincuenta segundos, después de una pérdida de Arizmendi -sustitutó de Hemed-, Cesc selló la manita y su ‘hat-trick’. Afortunadamente, el Barça optó por no hacer más sangre y el partido quedó para actos más lúdicos, como la reaparición de Eric Abidal.