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Del Jaguar en el que se desplazaba Jaume Cladera como presidente del Mallorca, al Ford Kuga que condujo durante aproximadamente dos años la esposa de Llorenç Serra Ferrer. Un detallado informe emitido por el director general del club, Juan Barrios, que ha sido trasladado recientemente a los miembros del consejo de administración, recoge todos los movimientos que se han registrado en torno a la flota de vehículos de la entidad en los últimos años, en el que sobresalen algunos especialmente curiosos y llamativos.

A lo largo de los últimos años (desde la temporada 2011-12), el Real Mallorca ha mantenido diferentes acuerdos de colaboración con el Grupo Motor Mallorca que se han ido revisando y renovando campaña a campaña. A través de los mismos, la compañía cede una importante flota de vehículos a la entidad para cubrir sus necesidades y, a cambio, cuenta con diferentes soportes publicitarios, ya sea en la página web, en los canales de comunicación de la sociedad anónima deportiva o en el propio estadio de Son Moix.

Gracias a esos convenios, la compañía cede una importante flota de vehículos para cubrir las necesidades del club y los últimos técnicos del primer equipo y sus ayudantes han podido disponer de coches con los que moverse por las carreteras de la Isla en sus desplazamientos diarios (Joaquín Caparrós o Grerorio Manzano conducían un Ford Kuga, por ejemplo), aunque también se han beneficiado de los mismos sus dirigentes.Como Jaume Cladera, segundo presidente de la era Serra tras el fugaz paso de Josep Pons —el exconseller de Turisme ocupó el cargo entre julio de 2010 y diciembre de 2012—, que mientras se sentaba en la primera línea del palco podía cumplir con sus obligaciones y representar al club a bordo de un vehículo de alta gama de la marca Jaguar.
No obstante, una de las cesiones que más ha sorprendido es la de un Ford Kuga cuyo beneficiario era la esposa del anterior máximo accionista, que disfrutó del automóvil durante un periodo aproximado de dos años pese a no ocupar nunca un asiento en el consejo. Ese mismo modelo de coche es el que utilizaba en el epílogo de su mandato otro expresidente bermellón: Gabriel Cerdà. Antes, el pollencí, que fue quien rubricó las últimas prórrogas del citado convenio con el Grupo Motor Mallorca, también había pilotado un Audi A4.

Después de analizar esos movimientos, el consejo actual del Mallorca tiene previsto destinar un único vehículo al órgano de gobierno que será utilizado para temas de representación institucional mientras que el resto de flota seguirá siendo utilizada por los integrantes del cuerpo técnico de turno y por miembros de la plantilla.