Sastre, en uno de los campos de la ciudad deportiva Antonio Asensio.

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Joan Sastre Vanrell (Porreres, 1997) va recuperando la sonrisa. Después de una campaña difícil, que nació con un agrio proceso de renovación y murió con el descenso del Mallorca a Segunda, es uno de los jugadores más utilizados del líder y uno de los pilares de una defensa de granito que actualiza jornada a jornada los mejores registros de la historia. El lateral celebra el momento que vive el equipo. Y en una semana marcada por el abdonazo que rompió la baraja en Almería, reivindica a su vez el papel de los canteranos y el valor que tiene su trabajo, siempre al servicio de la entidad.

—Es su cuarta temporada en la primera plantilla y después de un año difícil parece que tanto al equipo como a usted les vuelven a salir bien las cosas.
—La temporada pasada ya empezó todo con dificultades por el tema de la renovación. Está claro que el club miraba por sus intereses y yo por los míos. Fue una situación incómoda. Me supo mal y me dolió. Llevo muchos años en el Mallorca y siempre he intentado hacer las cosas bien. Estábamos hablando pero hubo momentos de tensión, hasta el punto de que llegaron a decir que no había negociación, que o tomaba lo que me ofrecían o nada. Después se solucionó todo porque acepté. Es el club de mi tierra y mi sueño era jugar aquí en Primera División. En aquel momento no quise hablar porque no es mi forma de ser y entiendo que lo primero es el Mallorca. Luego también fue mal deportivamente porque descendimos. Pero lo cierto es que todo había empezado mal desde el principio. Y la sensación de que te trataran así después de darlo todo me dolió, la verdad.

—¿Se ha terminado de sacar ya la espina de todo aquello?
—No me gusta criticar a nadie y no quise salir entonces a decir nada porque acabábamos de subir y creo que había que disfrutarlo. Al final la gente pasa y lo que queda es el club. Hay gente nueva y yo siempre trato de apoyar en lo que puedo. Lo que hay que tener claro es que lo importante es el club.

—La semana pasada llegó a los cien partidos con el primer equipo. ¿Lo imaginó algún día?
—Llegué muy pequeño al Mallorca, con doce años, y tenía muchos sueños y objetivos. Llegar al primer equipo ya era uno de ellos. Y otro era subirlo a Primera. También es verdad que con los años los sueños van cambiando y que no se pueden desvelar porque no se cumplen (risas), pero jugar cien partidos con el equipo de mi tierra tiene mucho valor. A veces el club no valora lo suficiente a la gente que sube de la cantera y es algo que habría que hacer.

—Esta misma semana hemos escuchado a Abdón reconocer que lo ha pasado mal. ¿Cree que a la gente de la casa se le exige más, tanto por parte del club como del entorno?
—Abdón y yo siempre hablamos de estas cosas. Está claro que un futbolista en todo momento debe estar centrado en su trabajo y en mejorar, pero a veces, por ser de aquí, te sientes más expuesto. La gente piensa que tienes que querer más al club que los otros y trabajar más. Y creo que si rindes y te mereces jugar te tendrían que valorar igual o más que a los que vienen de fuera. Es algo que he vivido todos los años y se trata de intentar ir haciendo lo que hacemos este año.

—¿Esta temporada se siente algo mejor en ese aspecto?
—Las sensaciones a veces no cambian de un año para otro. Por eso creo que es importante valorar a la gente de la casa.

—Llegó y se afianzó en el primer equipo con Vicente Moreno. ¿Qué supuso su salida del Mallorca del pasado verano?
—Solo tengo palabras de agradecimiento para Vicente. Me ayudó a subir y apostó por mí. Gracias a él me instalé en la plantilla. Su marcha dolió un poco porque con él y el resto del cuerpo técnico vivimos cosas muy bonitas y sabíamos que se acababa una etapa.

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—El cambio, de momento, tampoco ha ido mal y con Luis García vuelve a ser uno de los futbolistas más utilizados.
—Simplemente trato de rendir siempre al máximo y de que el entrenador vea que tengo ganas, ilusión y ambición por seguir jugando y ganando.

—Parece que la conexión entre la plantilla y el técnico vuelve a ser especial.
—Luis es un gran entrenador y un gran hombre, muy transparente. Te lo dice todo a la cara y eso nos gusta, es clave para una seguir siendo una familia.

—Quince partidos sin perder, solo tres goles encajados… ¿Esperaban realmente que fuera todo tan bien en tan poco tiempo?
—Tenemos claro que debemos ir partido a partido y que eso es primordial para que todo funcione como hasta ahora. Es lo que queremos todos. Somos una familia y lo cierto es que cada semana estamos dando un paso adelante, tenemos que apreciarlo. No es nada fácil llevar tan pocos goles en contra ni marcar diferencias como lo hacemos. Lo importante es seguir compitiendo igual y disfrutar de lo que más nos gusta.

—Llama la atención cómo ha cambiado el equipo fuera de casa y que defienda así con una línea que, a excepción del lateral izquierdo, es la de la temporada pasada. ¿Qué ha cambiado ahí?
—Nosotros vamos siempre con ambición y jugamos como visitantes como si fuéramos locales. Sabemos que podemos ir a por el partido, marcar nosotros el ritmo. Todos queremos ganar y eso supone un gran paso. Y en el tema de la defensa han cambiado otras cosas. Hay un nuevo entrenador, que ve las cosas de otra manera y que nos insiste en otras cosas. Pero no es solo un tema de la defensa. Todo el equipo está haciendo un trabajo excepcional con eso, presionando muy fuerte desde arriba e intentando que la pelota esté lejos de nuestra portería. Más que la defensa, hay que valorar el esfuerzo colectivo.

—¿Ve al Mallorca preparado para mantenerse dónde está?
—No me gustar pensar en lo que pasará o lo que no pasará. Ahora volvemos a tener otro partido muy complicado (contra el Castellón) y solo hay que pensar en mantener la ambición y la ilusión como hasta ahora. Hay que intentar ganar siempre.

—¿Qué opinan los jugadores de un calendario tan sobrecargado como el de esta temporada, con partidos cada tres días?
—Los futbolistas nos tenemos que exigir a nosotros mismos y saber que el fútbol profesional es así de duro. Los jugadores debemos estar preparados y mentalizados.

—Además, parece que este año hay recambios en todas las posiciones
—Tenemos un gran equipo y los que juegan habitualmente saben que los que no juegan tanto son los que te hacen aún mejor.