Javier Aguirre, entrenador del Real Mallorca, durante el partido de su equipo en el estadio de Son Moix. | Miquel Àngel Borràs

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La parte baja de la Primera División se ha convertido en una ratonera. Los equipos que habitan en las plantas inferiores de la clasificación, entre los que se encuentra el Real Mallorca, están atrapados en un bucle y son incapaces de ganar desde hace ya muchas semanas. Una situación particularmente extraña que seguramente va a abaratar el precio de la permanencia a final de temporada. «Es raro ver a seis o siete equipos ahí y con rachas de muchos encuentros sin ganar. No recuerdo algo parecido en las quince temporadas que llevo en la Liga española», reconocía este martes Javier Aguirre. «Antes, se quedaba uno rezagado, pero ahora no, son varios los que están separados por muy pocos puntos», apuntaba el técnico mexicano en la rueda de prensa previa al partido de la segunda ronda de la Copa del Rey que le enfrentará este miércoles al Valle de Egüés de Segunda RFEF.

«No sé si el nivel es más bajo. No lo creo», apuntaba el preparador del Mallorca. «Pero todos los equipos llevan rachas de muchos partidos sin ganar y la cosecha de puntos es muy pobre. Tengo la sensación de que el descenso va a estar un poquito más bajo en puntuación que en los últimos años», destacaba.

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Centrado ya en el partido contra el Valle de Egüés, Aguirre mantiene que el cambio de chip puede resultar positivo para sus futbolistas. «Tenemos que hacer un buen partido de Copa, que sea bonito para la gente del Valle de Egüés y también para nosotros. El objetivo es ganar y aparcar la mala racha que llevamos en la Liga, una racha que no me gusta nada. No podemos pensar en el sábado», avisaba. «Sería faltarle el respeto al rival y faltarnos el respeto a nosotros mismos. La Copa del Rey es una competición que me apetece y hay que darle la seriedad que se merece».

Aguirre no quiere pretextos en un terreno de juego que conoce bien. «Mi hijo pequeño jugó ahí un par de años. Es un campo bonito, largo, con medidas reglamentarias y bastante amplio. El césped artificial no será excusa, aunque los apoyos son distintos y no estamos acostumbrados. No he querido entrenar en la hierba artificial para evitar problemas de sobrecarga en los gemelos que tanto nos preocupa», afirma.