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El Real Mallorca superó (1-0) por la mínima al Girona y deja ya el descenso a una distancia de ocho puntos. No creo que el Mallorca tenga ningún problema para obtener la permanencia. Ya se que la continuidad en Primera División necesita rubricarse de forma matemática, pero me parece que es un mero trámite, que es cuestión de tiempo. Lo cierto es que la Liga se ha convertido en la mejor fórmula para preparar la gran cita.

Me puedo imaginar que Aguirre dirá una y otra vez que ya habrá tiempo de soñar con la Copa, de preparar la gran final, pero que ahora hay que centrarse en la Liga. Uff. Qué pereza. No puedo dejar de pensar en Sevilla, en la enorme dificultad del Athletic, pero en las opciones del Mallorca. Todo es posible. Seguro.

De nuevo con dos hombres de ataque, el Mallorca demostró su buen momento. Superó al Girona con un gol de Copete poco después de que se cumpliera la primera media hora de juego. El conjunto catalán dominó territorialmente durante muchos minutos, pero de forma infructuosa.

Tras el descanso, poco o nada cambió. El Girona, por momentos, dominó con gran claridad, pero lo hizo con poca o ninguna peligrosidad. El tiempo avanzaba lentamente, pero el Mallorca no pasaba por grandes dificultades. El dominio del conjunto catalán se hizo insoportable, los hombres de Míchel acapararon el esférico, pero el marcador ya no se movió. Ganar es casi definitivo, pero la Liga ha dejado de interesarme. La Copa es el objetivo. No dudo que jugarla ya es un premio, pero yo quiero ganarla. En todo caso, resta aún poco más de un mes para llegar al gran día. Será largo, casi eterno. Acumular puntos en la Liga es la mejor manera de llegar a la final de Copa. Eso, seguro.