A la izquierda, Peter Robinson y a la derecha, su esposa Iris. | PAUL MCERLANE

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El ministro principal de Irlanda del Norte, el unionista Peter Robinson, anunció ayer la dimisión temporal de su cargo a raíz del escándalo sexual y financiero protagonizado por su esposa Iris.
Seis semanas de retiro se ha dado el líder del mayoritario Partido Democrático Unionista (DUP) para dejar que los organismos de control gubernamentales investiguen en qué grado sabía sobre las supuestas sumas de dinero que su esposa Iris entregó a un ex amante para negocios personales.
La dimisión temporal del ministro principal norirlandés acentúa además la crisis del proceso de paz, paralizado desde hace meses por las diferencias que mantienen los principales partidos y ensombrecido ahora por un escándalo sexual y de supuesta corrupción.
«Como padre y como esposo, necesito tiempo para tratar asuntos familiares. Sigo manteniendo que he actuado éticamente y es especialmente doloroso que, en este momento de trauma personal, tenga que defenderme de acusaciones infundadas», dijo Robinson al anunciar su renuncia.
El ministro principal también confirmó que su esposa está recibiendo tratamiento psiquiátrico en Belfast, con lo que desmintió las informaciones que la situaban en una estación de esquí de Francia.


Apoyo del partido

Robinson cuenta con el «apoyo sin reservas» del partido, según declaró su «número dos», Nigel Dodds, después de abordar este asunto con miembros destacados de la formación.
Durante su intervención ante los medios, Dodds estuvo arropado por varios correligionarios, pero se notó la significativa ausencia de otros compañeros, como la del reverendo Ian Paisley, de su hijo Ian o del reverendo William McCrea, representantes de la línea más tradicionalista del DUP.
Un sector importante del unionismo desconfía aún de las intenciones del partido de Gerry Adams, que fue el brazo político del ya inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA), que ha pedido para Robinson respeto y tiempo para que solucione sus problemas personales.
La situación preocupa a los Gobiernos británico e irlandés, pues temen que la desintegración de la coalición gubernamental norirlandesa convierta la parálisis del proceso de paz en una crisis de larga duración, justo cuando la amenaza terrorista de los disidentes del IRA está en su punto más alto en los últimos años.
También se abre la posibilidad a la convocatoria anticipada de unas elecciones autonómicas.
Los expertos sostienen que toda la cautela con la que el DUP ha abordado el citado proceso de transferencia a fin de afrontar los futuros comicios con una imagen de unidad y fortaleza, podría caer en saco tras la vuelta de un líder debilitado como Robinson.