Salud retira judías y bacalao por presunta relación con casos de botulismo. | Archivo

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El Servicio de Seguridad Alimentaria de la Dirección General de Salud Pública ha retirado por precaución varios lotes de judías blancas cocidas y de bacalao desmigado desalado, presuntamente relacionados con los dos casos de botulismo diagnosticados en Girona, que estaban a la venta en Baleares.

Varios lotes de estos productos se han vendido en las islas, concretamente en Manacor (Mallorca), Ciutadella (Menorca) e Ibiza, ha informado la Conselleria de Salud en un comunicado en el que recuerda que dos bomberos han sido hospitalizados en Girona después de compartir una comida con ambos ingredientes, lo que ha motivado que las autoridades sanitarias hayan ordenado la retirada del mercado de los productos por precaución.

En Baleares se ha detectado la venta de paquetes de bacalao desmigado desalado de 250 gramos de la marca Royal en un supermercado de Ciutadella, correspondiente al lote 6167b1-167.

El producto ya ha sido retirado, pero todavía existen cuatro envases no localizados, en manos de consumidores, a los que se recomienda que se abstengan de consumirlos hasta que acabe la investigación, o bien que los devuelvan al establecimiento.

Si ya los han consumido y presentan manifestaciones digestivas, oculares o fatiga, deben dirigirse a un servicio de urgencias.

En cuanto a las judías en bote de vidrio de 400 gramos de la marca IFA ELIGES, envasado por Hermanos Cuevas, han sido detectadas en Manacor e Ibiza y las recomendaciones son las mismas.

Según el Servicio de Seguridad Alimentaria y Nutrición de la Dirección General de Salud Pública y Participación, los lotes de judías cocidas envasadas que actualmente se investigan son L-146-16, L-155-16, L-166-16, L-160-16, L-127-16, L-120-16, L-082-16 y L-116-16.

Los de bacalao desmigado llevan la siguiente numeración: 6144b1-144, 6151b1-151, 6158b1-158, 6159b1-159, 6165b1-165, 6167b1-167 y 6172b1-172.

El botulismo es una intoxicación poco frecuente pero grave, que se asocia con la producción de una toxina en algunos alimentos en los que se han desarrollado determinadas bacterias del género Clostridium.

Se asocia normalmente con alimentos en conserva esterilizados de forma incorrecta y con otros tipos de alimentos en los que no se respetan las condiciones de conservación en refrigeración y se comen sin cocinar.

Los signos de intoxicación pueden aparecer entre 12 y 36 horas después de la ingesta del alimento contaminado, aunque hay casos descritos a las 2 horas e incluso a los 8 días.

El caso actual que se investiga en Palafrugell (Girona) está a la espera de confirmación. No obstante, como medida de precaución se ha ordenado la retirada del mercado de ambos productos.