Más del 90% de las familias valencianas cree que sus hijos se contagian de piojos en el colegio | CINFASALUD

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La mitad de niños y niñas aragoneses, de entre 3 y 21 años (52,7%) tuvo piojos alguna vez en los tres años anteriores a la pandemia de la Covid-19, según se indica en el IX Estudio CinfaSalud, 'Percepción y hábitos de los padres y madres españoles ante la pediculosis', realizado en 2019 y avalado por la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria(SEFAC).

Julio Maset, médico de Cinfa, ha explicado que «ahora que las circunstancias sociales y sanitarias vuelven a ser las habituales de las de la época precovid, la pediculosis o infestación del cuero cabelludo y pelo por piojos va a volver a constituir un problema de salud de alta incidencia en las aulas y hogares españoles, ya que es de esperar que los niños tengan de nuevo un comportamiento de mayor contacto entre ellos».

Precisamente, «ese contacto directo cabeza con cabeza es la principal vía de contagio de los piojos. De hecho, se trata de una de las afecciones más contagiosas, junto al resfriado, por lo que es lógico pensar que su propagación aumentará este curso», ha agregado.

La investigación de Cinfa y SEFAC se ha basado en un cuestionario online realizado a una muestra representativa de 3.072 padres y madres españoles con hijos e hijas de 3 a 12 años escolarizados --204 niños y niñas--, residentes en todas las comunidades autónomas.

El estudio ha confirmado, además, que, en España, la pediculosis es más frecuente en las niñas, ya que seis de cada diez (55,8%) tuvieron piojos en los tres años previos a la pandemia, frente a la mitad de los niños (47,5%). «Este hecho se explica porque el cabello largo es una mayor superficie de transmisión para los parásitos y porque, entre las niñas, son más habituales los juegos de cercanía y son más proclives a compartir artículos de pelo», ha afirmado Julio Maset.

La incidencia de estos parásitos en los escolares de 6 o más años es también significativamente mayor, ya que, como ha puesto de relieve la investigación de Cinfa, este problema lo ha padecido el 55,7% de los niños y niñas de 10 a 12 años y el 52,8% de los que tienen de 6 a 9 años, frente al 42,9% de los más pequeños (de 3 a 5 años).

En Aragón, nueve de cada diez familias (89,8%) creen que sus hijos o hijas se contagiaron de piojos en el colegio, aunque el 15,3% piensa que pudieron contraerlos en la piscina y el 8,5% cree que fue en otro lugar sin precisar; el 5,1% opina que pasó en campamentos o en el entorno familiar (también 5,1%) y el 3,4%, que sucedió en actividades extraescolares.

El picor, signo de contagio más frecuente

La vicepresidenta primera de SEFAC, Ana Molinero, ha manifestado que «aunque es muy molesto, el Pediculus Humanus Capitis o piojo humano de la cabeza no transmite enfermedades, por lo que no constituye un peligro para la salud. De hecho, la pediculosis no siempre produce síntomas. Si los hay, el más frecuente es el picor y la necesidad de rascarse, lo que puede llegar a provocar lesiones en el cuero cabelludo de los niños».

De hecho, tres de cada cuatro familias aragonesas (74,6%) detectan la pediculosis por el prurito (picor) que tienen sus hijos en la cabeza, aunque el 57,6% ve los piojos en el cabello de los niños cuando les peinan, lavan o revisan la cabeza. Además, el 3,4% observa lesiones en el cuello o tras las orejas y el 1,7% se percata de que su hijo o hija no duerme bien, lo que puede ocurrir debido al picor.

Más allá de los síntomas físicos, el impacto psicológico de este problema es considerable, ya que el 15,3% de padres y madres de Aragón cree que tener piojos afecta emocionalmente a sus hijos y cuatro de cada diez (40,7%) sienten que les afecta a ellos directamente --lo que supone 25 puntos porcentuales más--.

Esta afectación emocional se da más en madres, en los progenitores más jóvenes y en familias con niñas o hijos/as más pequeños. Para Julio Maset, «esto pone en evidencia la necesidad de normalizar la pediculosis en la sociedad como un problema más de salud, fácilmente atajable y en absoluto vinculado al pelo sucio, para ahorrar angustias innecesarias».

La mayor preocupación de los padres y madres españoles ante los piojos es el picor y las molestias que estos generan (35,2%), seguida de que pueda contagiarse el resto de la familia (17,3%). Otras inquietudes son el riesgo de transmisión de enfermedades (16,9%) --pese a que los piojos no son transmisores de patologías--, el «jaleo» que implica el tratamiento (14,4%), la repulsa que generan los piojos (8,5%) y el estigma que el tener estos parásitos pueda suponer para sus hijas e hijos (7,6%).

La desinformación y las falsas creencias acerca de la pediculosis siguen estando muy extendidas. «Por ejemplo, uno de cada cuatro progenitores con niños en edad escolar (24,7%) sigue creyendo que los piojos están relacionados con una falta de higiene, lo que lleva a algunos padres y madres a temer que traten a sus hijos de diferente manera por tener piojos», ha comentado Molinero.

"Este miedo al estigma y la vergüenza es, de hecho, uno de los principales motivos que conduce a los progenitores a no cumplir con la responsabilidad de notificar al colegio que sus hijos tienen
piojos, lo cual aumenta la gravedad de un problema que, bien gestionado, podría solucionarse rápida y eficazmente", ha apostillado.

En concreto, uno de cada diez (13,3%) progenitores de nuestro país no avisa al colegio cuando sus hijos tienen piojos. La razón para ello, en uno de cada tres casos (29,9%), es la vergüenza y el miedo al estigma social provocado por la pediculosis. En Aragón, el porcentaje de familias que no notifica al centro escolar la presencia de los parásitos es del 8,5%.

No obstante, relacionar la pediculosis con la falta de higiene no es el único falso mito en torno a los piojos. Por ejemplo, la mitad
de los progenitores españoles con niños en edad escolar sigue pensando que vuelan de una cabeza a otra (55%) o que las mascotas contagian piojos (47%). Uno de cada tres (29,2%) opina que el mejor remedio para eliminar los piojos es cortar el pelo, algo que, no es necesario y puede generar un mayor trastorno psicológico a algunos niños.

Tratamiento

Solo el 19,6% de las familias aragonesas que aplican un tratamiento pediculicida lo hace correctamente. Conforme la investigación, en Aragón, el 94,9% de familias aplica un tratamiento pediculicida para eliminar los piojos y nueve de cada diez de ellas (91,1%) creen que fue eficaz.

Sin embargo, el estudio dice que solo dos de cada diez (19,6%) llevan a cabo el tratamiento correctamente, ya que el resto no aplica el conjunto de medidas necesarias para garantizar su efectividad: seguir las instrucciones del fabricante, peinar mechón a mechón con la lendrera, no usar secador, seguir pasando la lendrera en las dos semanas siguientes y verificar a los siete días si todavía hay parásitos, en cuyo caso habría que reaplicar el tratamiento.

«Poner a disposición de los padres y madres información completa y veraz sobre qué es la pediculosis y cómo tratarla es necesario para evitar que este problema de salud siga aumentando su complejidad», ha argumentado el experto de Cinfa.

Por otra parte, las medidas complementarias más utilizadas en Aragón para eliminar los piojos son lavar sábanas y toallas a 60ºC (86,4%), revisar el pelo de toda la familia (84,7%) e indicar a los niños/as que eviten compartir artículos de pelo (61%). Además, cuatro de cada diez padres y madres (40,7%) aíslan los objetos que no pueden lavarse en una bolsa cerrada durante una semana y el 27,1% aspira muebles, sofás y colchones.

Tanto en Aragón, como en el conjunto nacional, las medidas preventivas se llevan a la práctica con la frecuencia necesaria: cuatro de cada diez familias (43%) no usan repelentes de piojos. De hecho, en el 47,5% de hogares aragoneses, los niños han contagiado a otros miembros.