Ciudad de la Justicia de València | GVA

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La Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Valencia ha condenado a 20 años de prisión por un delito continuado de agresión sexual y otro de detención ilegal a un hombre que violó a una amiga y la retuvo durante horas en su chalé de Requena.

El hombre no podrá comunicarse con la víctima ni acercarse a menos de 500 metros de su domicilio, lugar de trabajo, estudio o cualquier lugar en el que se encuentre durante el plazo de años. La sentencia le impone además el pago de una indemnización de 17.250 euros por las secuelas psíquicas y las lesiones que sufrió la mujer, según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana.

Los hechos comenzaron la tarde del 2 de junio de 2020 cuando el condenado recogió con su vehículo a la víctima y fueron juntos hasta la vivienda de él, donde consumieron cocaína y bebieron alcohol. En un momento determinado, el hombre cambió de actitud y comenzó una discusión con la mujer a la que insultó, golpeó, amenazó con un cuchillo y con un hacha y la forzó sexualmente en varias ocasiones.

Huyó desnuda y malherida

La mujer intentó huir de la vivienda en dos ocasiones, sin conseguirlo debido a que el ahora condenado la arrastraba de nuevo al interior del chalé. Horas después y durante una nueva agresión sexual, la perjudicada golpeó en la cabeza al agresor con una botella vacía y pudo finalmente escapar, desnuda y malherida, de la casa.

La agredida, que fue socorrida inicialmente por un agricultor de la zona hasta la llegada de las fuerzas de seguridad, sufrió múltiples erosiones y hematomas en la cara, tórax y extremidades y le quedaron secuelas psicológicas.

La defensa del acusado --que solo reconoció dos golpes-- sostuvo la tesis de que fue ella la que le dio un botellazo y creyó que lo había matado, por lo que se inventó que él la había violado «para justificarse», dado que él no podía perseguirla ya que había quedado tirado en el suelo en un charco de sangre.

Sin embargo, para la Sala, la versión de la denunciante "no es increíble o inverosímil, tampoco los médicos-forenses apreciaron fabulación o fantasía alguna en ella, ha sido firme y persistente a lo largo de la causa, sin variaciones sustanciales, no se aprecien móviles espurios que puedan enturbiar la veracidad de su testimonio, no tenía enemistad con el procesado, al contrario, eran conocidos de hace años y quedaban; y su declaración cuenta además con corroboraciones periféricas, como son los testimonios del agricultor y policías que la vieron, el atestado, con la inspección ocular y demás diligencias, fotografías, así como los documentos e informes
médicos".

De hecho, los agentes comprobaron que los datos que ofrecía la víctima coincidían con lo que ellos observaron en la casa y alrededores, estaba revuelta, había restos de sangre, tanto en la casa, en la cama, como en los caminos por donde ella había pasado, un reguero. La sentencia no es firme y se puede recurrir ante la Sala de lo Civil y Penal del TSJCV.