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Agentes de la Policía Nacional han detenido en Zaragoza a ocho personas, de entre 18 y 43 años de edad, como integrantes de un grupo organizado dedicado a realizar estafas mediante phishing, que ha quedado desarticulado. Se les considera presuntos responsables de un delito de pertenencia a grupo criminal y de numerosos delitos de estafa.

La Jefatura Superior de Policía de Aragón ha explicado, en una nota de prensa, que el pasado 13 noviembre la responsable de una sucursal bancaria alertó al CIMACC 091 de que un hombre estaba intentando sacar dinero de un cajero sin tarjeta y que, como tenía problemas para ejecutarlo, ella le ofreció ayuda, comprobando que la titular era una mujer.

En el lugar, se personó una patrulla del Grupo Operativo de Respuesta, certificando lo que la responsable afirmaba, que el hombre estaba intentado extraer dinero de una cuenta que no era suya. Los agentes averiguaron que el día anterior esta misma persona había hecho un reintegro de 2.490 euros en el mismo cajero y de otro titular que ya había denunciado los hechos por lo que procedieron a su detención.

Al día siguiente, otro hombre intentaba realizar también un reintegro en el mismo cajero. En este caso, la responsable volvió a alertar a la Policía Nacional y los agentes de Seguridad Ciudadana comprobaron que pretendía sacar 2.500 euros de una cuenta que no era la suya.

Estas dos detenciones dieron lugar al inicio de una investigación dirigida por agentes de la Brigada Provincial de Policía Judicial, consiguiendo identificar a otro de los autores. Este último habría captado a los dos primeros para realizar las retiradas de efectivo en cajeros gracias a los datos obtenidos mediante phishing en aplicaciones de banca online.

Modus operandi

El modus operandi para realizar este tipo de extracciones sin tarjeta consiste en introducir en el cajero el número de DNI o NIE, fecha de nacimiento, clave de seguridad y mensaje de texto con un código.

Toda esta información --que son datos de clientes-- había sido obtenida mediante llamada telefónica a la víctima haciéndose pasar por un trabajador o responsable de la entidad bancaria.

Estas personas convencían a la víctima de que se había realizado una transferencia o movimiento bancario en su cuenta por un importe elevado y que para poder anular la transacción debía de facilitarles la clave y el resto de datos de la tarjeta de débito.

El captador también estaba siendo investigado por supuestas compras en plataformas online, haciendo los pagos con tarjetas de terceras personas, víctimas que residen en diferentes localidades del país.

En este caso, el modus operandi consistía en adquirir los datos de tarjetas de entidades financieras y hacer compras masivas en diferentes páginas webs, modificando los teléfonos de las víctimas, las direcciones de entrega y la identidad del receptor.

Fue así como consiguieron identificar a varias personas, entre los que se encontraban tres de los detenidos anteriormente, que se encargaban de realizar estas compras online, habiendo efectuado más de 500 pedidos, y adquirir los productos sin ningún coste para ellos.

Cabecilla

El cabecilla de esta organización, un hombre de 27 años, obtenía fraudulentamente los datos de clientes de entidades financieras y los facilitaba al resto de la organización para que se apoderaran del dinero en cajeros o para hacer compras masivas de productos por internet y quedarse con ellos.

A estas personas se les conoce como 'mulas'. Son el eslabón más bajo de la organización, los que se encargan de hacer la parte más visible de la estafa como extraer el dinero en los cajeros o realizar las compras por internet y recoger los pedidos personalmente.

Los ocho detenidos, cinco de ellos suman más de 70 antecedentes, fueron arrestados en diferentes fases de la operación, desarrollada entre el 15 y el 28 de marzo, pasando tres de ellos a disposición de la autoridad competente, decretando para ellos libertad con cargos.