Imagen de archivo de un concierto del cantante Danny Ocean | Ricardo Rubio / Europa Press

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El sector de la música en directo en la Comunitat Valenciana reclama a las administraciones más inversión y una gestión más ágil, ya que, a su parecer, queda «un largo camino por recorrer» para ser considerado como una «auténtica industria». Tras la covid, y llegado el momento de la recuperación, en este territorio «todavía se está lejos de los resultados de público y facturación de antes de la pandemia».

Así lo destacan desde la Federació Valenciana de la Indústria Musical (Fevim), que agrupa a asociaciones como la de Promotores Musicales de la Comunitat Valenciana (MusicaProCV), la Valencian Music Association (VAM!), la Asociación de Salas de música en directo (En Viu!) y la Asociación de Promotoras de Festivales de la Comunitat Valenciana (Promfest).

En un comunicado, las entidades recuerdan los datos nivel estatal del Anuario publicado por la Asociación de Promotores Musicales, que apunta que, a pesar de la tendencia estatal generalizada en 2022 a incrementar la cifra de facturación por ventas y con una subida del 191,33% respecto a 2021 y un 20,03% respecto a 2019, los datos de la Comunitat Valenciana no reflejan este incremento.

Las ventas estatales registradas se sitúan en un total de 459.248.129 euros, mientras que la Comunitat Valenciana aparece en el cuarto puesto, con unos ingresos totales de 34.779.631?, lo que supone un 7,57% de la facturación estatal, situándose por detrás de Madrid, Cataluña y Andalucía.

Estas cifras respecto a la Comunitat Valenciana en el pasado ejercicio se sitúan en niveles similares a 2016, y todavía bastante alejadas a las registradas en 2019 (58.919.820?).

Las empresas que forman parte de la Fevim son conscientes y valoran los esfuerzos que las administraciones públicas valencianas han hecho en las ayudas al sector para tratar de salvar las estructuras empresariales durante la pandemia. En especial cabe destacar la iniciativa de creación de la marca Mediterranew Musix de Turisme Comunitat Valenciana.

Con todo, recalcan que «todavía sigue existiendo un largo camino por recorrer para que la música en directo sea plenamente considerada como una verdadera industria en términos de contribución a la economía y a la creación de empleo, igual que ocurre en otros sectores productivos».

En este punto, advierten de la necesidad de una mayor inversión y del problema que supone la «lentitud administrativa». En este sentido, alertan de las dificultades problemas de gestión de los equipos técnicos de la administración pública valenciana con una «escandalosa falta de personal y un aumento progresivo de la complejidad en los procesos burocráticos que, en ocasiones, alcanza niveles absurdos».

«Se trata de un problema que repercute directamente en el sector, pues ralentiza mucho los tiempos de ejecución y retrasa en exceso los términos de pago de las subvenciones», inciden.

Asimismo, lamentan la falta de recintos. «Los principales auditorios del territorio apenas tienen disponibilidad de fechas y, si los conciertos no forman parte de su propia programación, las condiciones de alquiler y producción hacen muy difícil el desarrollo de conciertos con mínimas garantías de viabilidad», sostienen.

Y añaden que en la Comunitat «no existen suficientes recintos al aire libre y la mayoría no disponen de una dotación básica que permita moderar los gastos de producción y faciliten la competitividad estatal e internacional necesaria para atraer artistas y proyectos relevantes».

Licencias, "una pesadilla"

Además, remarcan que la obtención de licencias de actividad continúa siendo «una de las grandes pesadillas del sector, por la lentitud en su tramitación y las incertidumbres que generan». A este respecto, aseguran que por parte de las promotoras valencianas, ha habido propuestas para encontrar fórmulas más ágiles y operativas que, «a fecha de hoy, no han tenido respuesta».

Por otra parte, manifiestan que como consecuencia de la crisis energética, el sector ha experimentado una subida de precios en la contratación de servicios que complica mucho su situación.

Con la excepción de algunos festivales, continúan, «una parte muy significativa de las iniciativas musicales privadas que se organizan en la Comunitat siguen teniendo unos costos muy elevados de producción, lo que aumenta el riesgo empresarial a niveles de inviabilidad».

Además, «el desvío del público hacia otras formas de consumo cultural durante la Covid-19 ha provocado que la asistencia a conciertos todavía esté lejos de alcanzar los niveles pre pandemia», insisten.

Por ello, el sector reclama «estrategias de comunicación y márketing que estimulen la asistencia a eventos de música en vivo».

Por último, las empresas aluden también a la «incertidumbre en la gestión y ejecución de las ayudas Next Generation».