«Yo le he ofrecido al alcalde que bailemos juntos un chotis en Madrid, aunque no es lo que desearíamos ninguno de los dos, es evidente, pero tenemos esa opción, que lo bailemos nosotros, o que lo baile Reyes Maroto y Rita Maestre», ha hecho este símil desde la Pradera de San Isidro, donde este viernes se ha presentado la programación con motivo de las fiestas del patrón de la capital.
Así, Ortega Smith ha recalcado que si PP y Vox no son «capaces de dejar» sus «diferencias» y «en algunos casos los egoísmos partidistas», van a ser «otros los que van a gobernar Madrid», en referencia a la izquierda.
«Creo que un Gobierno de coalición en Madrid es la mejor garantía de dos cosas. La primera, que la izquierda no gobierne. La segunda, que demos estabilidad al Gobierno», ha subrayado el candidato de Vox, para quien lo que ha habido en estos cuatro años de pacto PP-CS no ha sido un Ejecutivo de «estabilidad», sino una «coalición con permanentes desencuentros» y «permanentes traiciones».
Frente a esto, el aspirante a la Alcaldía ha apostado por un equipo de Gobierno «que bajo un mismo programa» o, al menos, unas «líneas maestras» se pongan «de acuerdo para hacer de Madrid una ciudad segura, una ciudad limpia, una ciudad con los impuestos más bajos», donde «la movilidad y la libertad no dejen paso a las restricciones y a las multas».
Libertad para moverse "sin multas"
En este sentido, Javier Ortega Smith ha reivindicado «la libertad de todos los madrileños» tanto en su movilidad «para que todos puedan seguir disfrutando de Madrid sin restricciones y sin multas», como para salir «sin miedo» a las calles.
«Vamos a seguir luchando por no perder ni un ápice de libertad, ni un ápice de seguridad y que siga siendo una ciudad donde se pueda vivir y trabajar sin multas, sin restricciones y sin machetazos en las calles», ha sentenciado el candidato.
Precisamente sobre los datos que apuntan a un descenso en la criminalidad y en aspectos concretos como la 'okupación', Ortega Smith se ha dirigido a quienes hacen esas estadísticas que «si le hubieran 'okupado' su vivienda, a lo mejor le parecía el problema más importante de todos». «No es un problema de estadísticas, es un problema de la sociedad», ha apositllado.
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