El teniente general Francisco González-Expresati, y la ministra de Defensa, Margarita Robles, durante su visita al ALA 31 y el Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo del Ejército del Aire y del Espacio, en la Base Aérea de Zaragoza. | Fabián Simón - Europa Press

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La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha subrayado el prestigio internacional de las Fuerzas Armadas españolas, con motivo de su visita a los componentes del Ala 31 y del Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo (EADA), en la Base Aérea de Zaragoza, que participaron en la evacuación de 104 civiles de Sudán, entre el 21 y 24 del mes pasado, a causa de los enfrentamientos que había en ese país africano entre Ejército y paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido.

«Siempre, cuando hay un problema internacional, una situación de riesgo, siempre miran a España y siempre están las Fuerzas Armadas españolas», ha comentado.

Se ha dirigido así al personal de la Base Aérea que participó en la evacuación de esos 104 civiles, 34 de ellos españoles, que contó con el despliegue de aviones Airbus A400M. Cerca de 200 militares españoles se vieron implicados en esta operación, de los que 62 pertenecen a la Base Aérea de Zaragoza --22 al EADA y 40 al Ala 31--.

Congregados en el hangar 5 de la Base, junto a un A400, la ministra se ha dirigido a ellos y les ha dicho: «Me siento orgullosa de la labor que realizáis» y de ver «siempre al Ala 31 y al EASDA, a todo el Ejército del Aire y del Espacio, en los momentos de riesgo, en los momentos de dificultad, poniendo tan alto siempre el pabellón español».

Ha contado que el lunes, 24 de abril, cuando llegó el personal civil evacuado desde Sudán a Torrejón de Ardoz (Madrid), ella se encontraba en Londres y allí «elogiaron a las Fuerzas Armadas porque habían evacuado a todos los españoles, mientras que los ingleses solamente al personal diplomático».

Operaciones de riesgo

La ministra ha indicado que todas las operaciones que realizan estos militares «son de muchísimo riesgo; pasó en Kabul y cada vez que realizan transportes a Ucrania, siempre con profesionalidad y entrega».

Asimismo, ha comentado que en este momento «hay en marcha una operación también de evacuación, que se está realizando por vía marítima, en Port Sudán, con una fragata española, con el paraguas de la Unión Europea» porque «cuando hay un problema internacional, una situación de riesgo, siempre miran a España», ha incidido.

Ha reconocido que ha visitado ya varias veces la Base Aérea y por eso «me siento como en casa» e, igual que les ocurre a las familias de los militares, «cada vez que hay un vuelo, no me quedo tranquila hasta que no han llegado».

«Enhorabuena a todos, el mundo está viviendo una situación muy difícil, muy conflictiva, hay una guerra en Ucrania, no sabemos lo que puede pasar», la situación en Sudán es «muy complicada» y es una «prioridad» que las Fuerzas Armadas «puedan tener medios suficientes, estamos invirtiendo al máximo», ha afirmado la ministra.

Robles ha opinado que se está «sacando rentabilidad» a los A400 y «vamos a tener tres más» en el Ala 31, pasando 11 a 14, pero, «con independencia de los medios y de los aviones, si no fuera por ustedes, los hombres y mujeres nada sería posible». Tras sus palabras, la ministra ha conversado con el personal.

Características de la misión

El capitán Alberto Barba, del Ala 31, jefe de la sección de tácticas e instructor de vuelo del A400, ha explicado, en declaraciones a los medios de comunicación, que ha sido una operación para la que estaban «perfectamente entrados» y similar «a lo que hicimos en Kabul, hace un año y medio».

La misión consistió en sacar al personal civil desde donde estaba refugiado, en furgonetas del cuerpo diplomático español, hasta una base aérea militar situada a 30 kilómetros de Jartum, capital de Sudán, ya que el aeropuerto de esta última estaba cerrado.

Una de las características de la misión ha sido el hecho de que haya sido nocturna, pero «todas las tripulaciones que fuimos, estamos entrenados en operación con gafas de visión nocturna, con lo cual no fue un impedimento», ha expuesto el capitán.

También ha detallado que la base desde la que actuaron en Sudán era de dimensiones relativamente reducidas y había varios países operando, por lo que se fueron haciendo diferentes rotaciones para llevar material, además de evacuar a los civiles, que volaron, desde allí, a Yibuti, y, luego, tuvo lugar otro vuelo de regreso a España, desde Yibuti hasta Torrejón.

Barba fue uno de los pilotos de los A400 y ha relatado que, una vez en Yibuti, pudo saludar al embajador y al resto de personal evacuado y comprobó que estaban, «sobre todo, aliviados de haber salido de esa situación. que tuvo que ser dramática para ellos».

Por su parte, el capitán Juan Miguel Ors, del EADA, ha precisado que su función fue proporcionar seguridad en tierra a las aeronaves militares. «Nosotros íbamos preparados para asumir el mayor riesgo posible», pero en la base militar desde la que operaron «la seguridad estaba controlada por las tropas sudanesas del gobierno y por ese motivo no hubo muchos problemas».

«Gracias a Dios, salió todo bien», tras unos momentos «muy duros» para el personal civil. «Se les notaba bastantes tensos», especialmente en el trayecto desde el lugar donde estaban refugiados hasta el aeropuerto, en el que hubo bastantes controles de las distintas fuerzas de Sudán, «pero una vez que subieron al avión ya se tranquilizaron y no hubo ningún problema por parte de las personas evacuadas», ha contado.

Visita

La ministra, a su llegada a la Base, ha sido recibida por el jefe del Mando Aéreo de Combate (MACOM), teniente general Francisco González-Espresati, acompañado por el jefe de Operaciones Aeroespaciales, general de brigada Jerónimo Domínguez, y por el jefe de la base, general de brigada Santiago Ibarreta.

Tras el saludo, el teniente general González-Expresati, el jefe del Ala 31, coronel José Ramón García Paniagua, y el jefe interino del EADA, comandante Daniel Pérez Ceballos, le han expuesto a Robles la planificación y ejecución de la operación.

Estos dos últimos han destacado que la clave del éxito de la misión ha sido el personal, por su gran capacidad de reacción, su entrenamiento, así como el espíritu de unidad «que desde el primer momento estuvo implicada al cien por cien», ha enfatizado Paniagua.

También han elogiado el buen comportamiento del avión de transporte A-400M utilizado en la operación. En total, se realizaron cinco vuelos.

Por otra parte, Robles ha aprovechado su estancia en Zaragoza para desplazarse hasta el Hospital Militar y visitar a los heridos ucranianos y a una la niña maliense con un problema de nacimiento que ha sido trasladada a España para implantarle unas prótesis en los brazos.

Ala 31

El Ala 31, integrada por 330 militares, el 12 por ciento mujeres, lleva a cabo la misión de transporte aéreo estratégico y táctico, encargándose, principalmente, del despliegue de unidades de fuerzas aéreas, reabastecimiento en vuelo, apoyo aéreo logístico, evacuaciones aeromédicas o misiones humanitarias.

Su lema es 'Lo que sea, donde sea y cuando sea'. Recientemente han intervenido en el terremoto de Turquía, y en los últimos años en Mali, Mauritania y Senegal, entre otros países.

Por su parte, el EADA es una unidad independiente de entidad escuadrón cuya misión es apoyar en la defensa, despliegue y mantenimiento de las operaciones de las unidades aéreas del Ejército del Aire. Sus capacidades son la protección de la Fuerza, el apoyo al transporte aéreo militar y la defensa aérea basada en superficie de corto alcance. Un total de 320 militares se encuentran
actualmente destinados en esta unidad.

Bajo el lema Obviam Primus ('Los primeros en llegar') y desde su creación en 1994 ha participado en la mayoría de las operaciones con despliegue de medios del Ejército del Aire en el exterior. En 2021, estuvieron en Mali, Mauritania, Senegal, Cabo Verde y Lituania.