Los hechos se registraron el 12 de mayo durante un dispositivo desarrollado por la Unidad de Seguridad Ciudadana de la Comandancia (Usecic), según ha informado el Instituto Armado en un comunicado.
Tras descubrir un bulto sospechoso en la furgoneta y ver que era carne, los agentes pidieron la intervención de una patrulla de Protección de la Naturaleza (PAPRONA) de la Guardia Civil de Guardamar, que confirmó que procedía de un cerdo doméstico.
El responsable no pudo acreditar el origen del animal, ni el estado higiénico sanitario del mismo y también carecía de pruebas veterinarias. Además, la carne estaba siendo trasladada en un vehículo que incumplía las medidas técnicas e higiénico sanitarias establecidas legalmente.
Posteriormente, los investigadores denunciaron al conductor por varias infracciones y se informó de los hechos a la Conselleria de Sanidad. La Guardia Civil recuerda que esta infracción puede conllevar sanciones económicas de hasta 1.200.000 euros.
Tras la denuncia, una empresa retiró el cuerpo del animal para su posterior destrucción. Asimismo, los agentes continúan con las investigaciones para averiguar la procedencia del animal.
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