Varias personas se refugian del calor bajo unos vaporizadores de agua, este jueves en València | EDUARDO MANZANA/EUROPA PRESS

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El sector de la hostelería y el ocio valenciano hace frente a las olas de calor, como la que estos días afecta a la Península Ibérica, con «medidas correctoras y de protección», como el uso de toldos, sombrillas o microaspersores en las terrazas, con el propósito de adaptarse a una nueva realidad climática a la que ya están «acostumbrados» en el caso de la Comunitat Valenciana.

«En una terraza ahora no se sienta nadie a comer», ha reconocido el portavoz de la Coordinadora de Ocio y Hostelería de la Comunitat Valenciana (CEOH), Vicente Pizcueta, en declaraciones a Europa Press, al tiempo que ha incidido en que el impacto del cambio climático en los hábitos vacacionales es «seguro» e incluso «mucho mayor» a día de hoy.

No obstante, ha apuntado que pese a que para el turismo nacional la decisión de elegir el lugar de vacaciones no está vinculada «en estos momentos» al cambio climático, sí que es una situación «recurrente». Pese a ello, ha reconocido que en la actualidad se percibe que los momentos de calor afectan más que hace «unos 20 años».

Para hacer frente a este contexto climático, Pizcueta ha subrayado que la hostelería ha tenido que realizar una inversión «clave» con el fin de protegerse ante la nueva realidad. «Antes podían haber terrazas sin sombrillas, pero ahora mismo no se puede contemplar montar una terraza sin ellas», ha concretado.

También ha apuntado a la presencia del aire acondicionado en «todos los locales». «Difícilmente se puede imaginar alguno que no tenga esta instalación», ha añadido. Otras de las «medidas correctoras» de «sentido común», ha detallado, son las instalaciones de agua vaporizada, microaspersores, toldos o sombrillas.

Flujos de consumo

En este sentido, el portavoz de la Coordinadora de Ocio y Hostelería de la Comunitat Valenciana ha asegurado que como consecuencia del calor persistente también se han producido «flujos de consumo hacia el interior de los establecimientos» frente a las terrazas, que «ganaron protagonismo con la pandemia del covid».

«En días como hoy el consumo se desplaza a la hora de comer al interior de los locales, e incluso las cenas son más importantes que las comidas. La gente sale a la calle hacia el final de la tarde y al anochecer, porque el calor con la playa y la brisa de mar es más agradable», ha argumentado, al tiempo que ha incidido en el margen de confort «muy diferente» que tienen los destinos del litoral español.

Personal

El personal de la hostelería es otro de los aspectos que ha tenido que adaptarse a la nueva realidad climática, ha apuntado Pizcueta, que ha explicado que en verano un establecimiento, por ejemplo, «no puede tener a tres personas a la hora de comer permanentemente en la terraza», como sí es posible en otras épocas del año.

La cocina es el «principal problema» sobre esta cuestión, por las altas temperaturas que se concentran. Para hacer frente a todo ello, apuesta como solución por optar por turnos rotatorios para el personal.

Sin embargo, Pizcueta ha resaltado que el sector de la hostelería y el ocio en la Comunitat Valenciana está «muy acostumbrado» a las situaciones de calor y a su «impacto directo» por el clima propio de la autonomía. «El calor insufrible de estos días ya lo conocemos», ha subrayado, al tiempo que ha apuntado a un impacto «a medio y largo plazo» para el sector.

Finalmente, ha apuntado también a la incidencia en la oferta gastronómica --«evidentemente la hay»-- en cuanto a los menús y las recetas, más propicia ahora al protagonismo de ensaladas y gazpachos, unos platos más frescos para la época del año.