El programa, en el que se ha entregado acreditación de profesionales de los cuidados a 60 empleadas del hogar, es pionero en la UE y se expondrá en Bruselas en noviembre con motivo del Año Europeo de las Competencias.
La Consejería dirigida por Idoia Mendia presentó al comienzo de esta legislatura el programa ZainLab de apoyo a la longevidad, con el objetivo de que el envejecimiento deje de verse como «un problema» y transformarlo «en una oportunidad» de nuevos nichos de empleo con profesional cualificado.
Gurpegui ha explicado que se calcula que esta profesionalización de los cuidados crearía 40.000 empleos de calidad en Euskadi, lo que, a su vez, supondría «una mejor remuneración». A su juicio, en este ámbito, «hay un campo de mejora importante formando a las personas y esas personas formadas tienen que ser también bien remuneradas».
«Lo que tenemos que hacer es compaginar un poquito todo, porque muchas veces la regulación depende del contratante, que es una persona particular, pero también hay todo un catálogo de prestaciones en el ámbito de la dependencia que se puede utilizar para financiar este tipo de apoyos», ha subrayado.
El viceconsejero de Empleo ha señalado que cada vez se necesitan «más cuidados» porque en Euskadi hay «muchas personas mayores y cuidados que antes estaban ocultos porque las mujeres se quedaban en casa».
Una vez que las mujeres han ido incorporándose al mercado laboral, Alfonso Gurpegui ha afirmado que hay que cubrir esos cuidados «desde lo público, pero también con la aportación de la economía privada», en base a los recursos de cada cual.
De esta forma, el objetivo de ZainLab es «desplegar la comunidad de cuidados de larga duración» que permita «recibir el apoyo para las actividades más cotidianas en muchas fases de la vida, sobre todo en las más avanzadas». Para ello, el Departamento de Empleo ha trabajado con instituciones y entidades vinculadas a esta materia y se han realizado diversos pilotajes.
En este marco se ha desplegado el programa Mentsad, de mentorización y formación, presencial y no presencial, dirigido a personas cuidadoras de servicios particulares o personas que, por diferentes causas, no pueden acceder a la oferta formativa de Lanbide. De esta forma, se ha otorgado certificación a 60 personas, 20 por cada territorio histórico.
También se ha trabajado en la recualificación de profesionales y 'silverización', en la experimentación de nuevos perfiles, así como el apoyo al emprendimiento en estas áreas de actuación.
Con todo ello, se pretende «dar la vuelta» al sistema de servicios sociales para «facilitar la autonomía personal» de las personas mayores y ofrecerles recursos para que cumplir años «no sea una barrera para una vida plena».
Se trata de un reto en Euskadi que cuenta medio millón de personas mayores de 65 años --una tercera parte con más de 80 años--, y que en menos de una década se espera que supere el 30% de la población.
Nuevos perfiles
ZainLab se ha dedicado también a buscar nuevas oportunidades en el mercado laboral con perfiles novedosos, como los de conector comunitario o el de tecnólogo social. La figura del conector comunitario se impulsa para la asesoría de gestiones cotidianas que los mayores tienen dificultades para realizar y que les obligan a recurrir a familiares o vecinos.
El viceconsejero de Empleo cree que es necesario este nuevo perfil profesional porque hay personas que se encuentran solas en sus domicilios y que, sin tener «un nivel de dependencia alto, se van quedando aisladas».
Alfonso Gurpegui también ha puesto en valor la labor a desarrollar por el tecnólogo social para acompañar a diferentes colectivos en sus necesidades digitales y que los mayores pueden disfrutar de «todas las posibilidades que ofrece la tecnología para vivir mejor».
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