Archivo - Igor Arroyo, secretario general adjunto de LAB | LAB - Archivo

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El secretario general de LAB, Igor Arroyo, ha pronosticado un nuevo curso de «conflictividad, movilizaciones y huelgas» para recuperar el poder adquisitivo de los trabajadores y reclamar la «dignificación de las condiciones laborales». Además, ha confiado en llegar «a otra dialéctica» con ELA que permita «un mayor nivel de colaboración» y «una agenda compartida» entre ambos sindicatos.

En una entrevista a Radio Euskadi, recogida por Europa Press, Arroyo se ha referido al nuevo curso, que es «de continuidad, tanto en términos económicos como políticos». «Por una parte, nos encontramos con que la inflación sigue siendo alta y sigue sin recuperarse el poder adquisitivo de la clase trabajadora, seguimos observando una postura bastante cerrada por parte de la patronal, y eso nos lleva a afirmar que este va a ser un curso de bastante conflictividad», ha explicado.

Para el dirigente sindical, los trabajadores «tienen claro que es hora de reclamar lo que les corresponde» y, por ello, «se están movilizando, se están organizando». «Hemos salido de un curso con muchas movilizaciones y huelgas, y prevemos que también este curso va a ser la tónica general esas movilizaciones y esas huelgas para recoger el avance de los derechos y el poder adquisitivo de los trabajadores», ha dicho.

Igor Arroyo se ha referido también al ámbito político en el que percibe «un debate interesante abierto, tanto para la constitución del Gobierno español como a las próximas elecciones en la Comunidad Autónoma Vasca».

«Hemos reiterado que la clase trabajadora necesita cambios políticos también; no se trata solo de avanzar en la negociación colectiva, que también. Son necesarios otros cambios más estructurales a nivel político y creemos que es el momento para impulsar en esa dirección», ha explicado.

El dirigente de LAB ha recordado la pérdida salarial, a lo que se suma la inflación «desbocada», y auque en los últimos meses «es más moderada», supone una situación en la que «llueve sobre mojado». «Hay que recuperar poder adquisitivo», ha indicado.

Tras recordar que el pasado año se realizaron huelgas «para reivindicar algo que es básico, es decir, que los salarios no pierdan peso frente a esa inflación», durante el presente curso prevé que «en algunos de los convenios la batalla del IPC, la batalla del poder adquisitivo, va a ser también importante».

Además, LAB pretende «incidir en otros ámbitos, como la reducción de la jornada y la salud laboral», porque «la cuestión del IPC es una cuestión de mínimos, pero la ambición de los trabajadores y trabajadoras debe ir más allá y debe ser el posibilitar una vida digna y se dignifiquen unas condiciones laborales».

Elecciones vascas

Preguntado por la influencia que tendrá en la actividad sindical el hecho de que haya unas elecciones autonómicas en el horizonte, ha advertido de que «los conflictos no nacen por la voluntad de un sindicato determinado» sino que las centrales sindicales «tratan de atar canalizar las necesidades y demandas de los trabajadores».

«Lo que nos hemos encontrado durante el último año es que los trabajadores y trabajadoras realmente estaban indignados por esa negativa de la patronal actualizar los convenios en base al IPC cuando la cesta de la compra estaba incrementándose de manera desproporcionada», ha añadido.

En este sentido, ha indicado que «ha habido una clase política, principalmente un partido político, el PNV, y el Gobierno vasco, que ha sido muy insensible a las demandas de los trabajadores y que se ha posicionado muchas veces en situaciones de conflicto más del lado de la patronal».

«Creo que, de alguna manera, el PNV, Urkullu, el Gobierno vasco, habían amortizado de alguna manera la crítica de la clase trabajadora; parecía que la clase trabajadora no contaba o que no tenía voz y voto, y resulta que yo creo que se han dado cuenta que sí que tiene voz y que sí que tiene voto, y que no se puede hacer política a espaldas de la clase trabajadora o por lo menos no se puede seguir teniendo la hegemonía política dando la espalda a la clase trabajadora», ha destacado.

Según ha recordado, el lehendakari «se quejó de los resultados como si las huelgas fueran algo que nacieran para perjudicarle» cuando estas «nacen de esa necesidad de los trabajadores y de esa negativa de la patronal actualizar los salarios».

Además, ha advertido de que no ha observado «por parte de Urkullu, por parte del PNV, una voluntad de enmienda». «Tenemos que incidir en que se tienen que tomar medidas reales medidas de calado que mejoren la situación de la clase trabajadora; si no se toman, vamos a ser críticos con ellos, y yo creo también que eso va a tener un coste electoral», ha manifestado.

Reforma fiscal

El coordinador general de LAB cree que Euskadi «va tarde» en una posible reforma fiscal, «porque la presión fiscal que existe en Euskal Herria es menor a la que existe en Europa».

«Y no me estoy refiriendo a la presión fiscal sobre los trabajadores y trabajadoras, que esa ya de alguna manera es considerable: de hecho la fiscalidad descansa en las rentas del trabajo. Me estoy refiriendo a la presión fiscal sobre las rentas altas y sobre los beneficios empresariales, algo que se ha ido desregulando durante las últimas décadas y que se tiene que recuperar», ha dicho.

Arroyo ha insistido en la necesidad de «recuperar la presión fiscal sobre las rentas del capital, que es lo que reciben las clases más pudientes, y sobre los beneficios empresariales».

En su opinión, es necesario abrir el debate fiscal en Euskadi «aunque sea tarde» pero se ha mostrado escéptico porque «hasta ahora el PNV y el gobierno PNV-PSE se ha negado a abordar estas dos cuestiones: impuestos sobre las rentas del capital e impuesto de sociedades».

"Repito, aquí el meollo del asunto es rentas del capital y beneficios empresariales, y hasta ahora no hemos observado en el Gobierno vasco
voluntad para abordar estas cuestiones, tampoco en las diputaciones, y vamos a seguir insistiendo", ha advertido.

Ela y lab

Preguntado por si en nuevo curso permitirá una 'fase más colaborativa' entre ELA y LAB, ha admitido que desearía «un mayor nivel de colaboración» y «una agenda compartida» con el sindicato que lidera Mitxel Lakuntza.

«Creo que es algo necesario, que es algo que demanda la clase trabajadora vasca y que es algo posible», ha insistido, para apuntar que en asuntos como «la huelga feminista o los servicios públicos» hay «oportunidad para realizar un trabajo en común».

Ha recordado que «el curso pasado no fue posible y, además, hubo unas críticas muy duras y fuera de lugar por parte de una especie de campaña de intoxicación que tuvimos que atajar de manera pública».

Sin embargo, considera que en el presente curso se pueda llegar «a otra dialéctica, a otro nivel entre ELA y LAB» que permita «por lo menos en ámbitos determinados como el de los cuidados, como la huelga feminista o el de los servicios públicos», llevar adelante «iniciativas comunes».