Archivo - Cartel de protesta por la tala de árboles por las obras de ampliación de la L11 de Metro | Fernando Sánchez - Europa Press - Archivo

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La Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo ha decidido este jueves dar curso a la demanda de las asociaciones vecinales para investigar la ampliación de la Línea 11 de Metro en Madrid, financiada con fondos del Banco Europeo de Inversiones (BEI), unas obras que suponen la tala de casi 700 árboles y la desaparición de otras zonas verdes y jardines.

Una delegación de vecinos de Madrid ha llevado este jueves el grito ciudadano 'No a la tala' a esta comisión con una petición para la apertura de una investigación en relación al préstamo de 372 millones de euros que el BEI concedió en junio de 2022 para ejecutar estos trabajos de ampliación de la L11 de Metro.

Durante su intervención, la representante vecinal, Susana de la Higuerra, ha defendido esta ampliación para extender de la red de Metro pero ha rechazado que se haga de la forma en la que actualmente está planteada, que implica la tala de 676 árboles y la desaparición de zonas verdes.

«Es posible compatibilizar el interés general de una infraestructura de transporte público y el arbolado. Metro sí pero no así», ha señalado, insistiendo en que hay «alternativas viables» ya que proyectos anteriores no contemplaban «mutilar» zonas verdes.

En este sentido, han pedido volver al proyecto original, alegando que no se hizo una nueva declaración de impacto ambiental con la reforma de este en 2022.

Pese a que la Comisión Europea ha señalado que no tiene competencias sobre la tala de árboles en el diseño urbanístico de las ciudades, ha decidido mantener abierta la petición, que será derivada a la Comisión de Medio Ambiente.

En concreto, la petición ha sido apoyada por socialistas, liberales, verdes e izquierda, mientras que se han quedado solos los 'populares' en su rechazo, alegando que el plan final contempla la mitad de árboles talados que en un principio y defendiendo que se compensará la tala replantando 17.000 nuevos árboles.

Frente a las críticas, el eurodiputado del PP Pablo Arias ha defendido que Madrid es una de las ciudades más arboladas de Europa y tiene premios por ello, insistiendo en que está totalmente alineada con los estándares medioambientales europeos y que el proyecto es una apuesta por el transporte público que contribuye a rebajar las emisiones.

Por contra, César Luena, del PSOE, ha denunciado esta actuación «injusta e irracional», que «va contra el futuro», y ha lamentado que los vecinos afectados tengan que acudir a Bruselas «porque no les escuchan en Madrid». «La línea 11 debe construirse pero con un proyecto alternativo sin destrozar zonas verdes», ha manifestado.

En la misma línea, Jordi Cañas, de Ciudadanos, ha criticado que haya administraciones públicas «adictas a la motosierra» y ha pedido estudiar la alternativa «responsable y posible» a la ejecución de esas obras de ampliación del Metro.

Ana Miranda, del BNG, ha subrayado que, pese a la reducción de los planes iniciales, la tala de más de 600 árboles «sigue siendo un arboricidio» y ha pedido paralizar la financiación del Banco Europeo de Inversiones (BEI) si el proyecto no despeja las dudas medioambientales.

Mientras, Sira Rego, de IU, ha criticado que el alcalde de Madrid, Jose Luis Martínez-Almeida, y la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, hayan decidido «pavimentar y asfaltar cada metro de Madrid», insistiendo en que la tala de árboles va contra las medidas para evitar que en el centro de Madrid se genere una «isla de calor» y para lidiar con las repercusiones del cambio climático.

Miguel Urban, de Anticapitalistas, ha tachado de «psicopatía contra los árboles» el proyecto de la Comunidad de Madrid y ha lamentado que la capital «no está sobrada de parques y zonas verdes». «Nadie está en contra del Metro, sino a favor de hacerlo de una forma diferente sin talar árboles», ha remachado.