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El Consejo de Gobierno de Aragón ha dado luz verde este miércoles al anteproyecto de ley por el que se crearán sendos impuestos medioambientales sobre la explotación de parques eólicos y fotovoltaicos para compensar el «daño medioambiental» que causen estas instalaciones, por los que el Ejecutivo espera recaudar 30 millones de euros anuales, a partir de 2024.

Además, se modificará el impuesto medioambiental sobre las instalaciones de transporte de energía eléctrica de alta tensión para proteger, conservar y mejorar el medio ambiente.

En la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, la vicepresidenta segunda y portavoz del Ejecutivo, Mar Vaquero, ha señalado que el Gobierno quiere impulsar la calidad de los servicios públicos y, al mismo tiempo, conseguir que el sistema fiscal mejore la disponibilidad económica de los ciudadanos, de forma que la presión fiscal «no sea excesiva».

Para el Ejecutivo de Jorge Azcón, las energías renovables son «un activo muy acorde a las condiciones climatológicas», una «oportunidad» para que la Comunidad Autónoma se convierta en «un referente» en este ámbito y asuma el liderazgo en la producción energética con renovables, puntualizando que estas instalaciones «no son inocuas para el medio ambiente», sino que «hay un daño medioambiental».

El anteproyecto de ley continúa ahora los trámites requeridos para la elaboración final de la norma y su remisión a las Cortes de Aragón en forma de proyecto de ley para su debate y aprobación.

La propuesta, realizada por el Departamento de Hacienda y Administración Pública del Gobierno de Aragón, se basa en la consideración de que, si bien la energía eléctrica derivada de las instalaciones eólicas y fotovoltaicas, fuentes de energía renovable e inagotable, es considerado un activo que debe ser estimulado por los poderes públicos, los procesos de producción y transformación de este tipo de energía no son inocuos para el medioambiente.

Afecciones al entorno

El documento tiene en cuenta, además, las inevitables cargas para el entorno en el que se localizan los parques eólicos y fotovoltaicos, tanto en lo relativo a las necesarias infraestructuras que requieren para su funcionamiento, como desde el punto de vista del impacto visual.

En lo referido a las infraestructuras, además, han de tenerse en cuenta las líneas aéreas de evacuación y la conexión con la red de transporte o distribución, así como la transformación de energía eléctrica.

Sobre la base imponible de los nuevos impuestos, en el caso del impuesto medioambiental sobre la explotación de parques eólicos, estará constituida, por ejemplo, por el resultado de la suma de la altura de la torre y el radio del rotor de los aerogeneradores, o el de la suma de la potencia de todos estos.

En el caso del impuesto sobre la explotación de parques fotovoltaicos, se contemplan como exentas instalaciones para autoconsumo sin excedentes, pero sí se gravará a aquellas que para la producción de energía eléctrica a partir de la energía solar no se encuentren en tejados o cubiertas de edificios, entre otras cuestiones.